Los escándalos de Juan Carlos I y su posterior “huida” del país han caído como agua de mayo en Unidas Podemos. La formación que lidera Pablo Iglesias ha encontrado en el Emérito una de las mejores armas para distanciarse del PSOE y marcar un perfil propio dentro de la coalición, desafiando el argumentario que se marcó en Moncloa.

Desde que hace una semana el rey Emérito hiciera pública su decisión de abandonar el país con el fin de alejar a su hijo, Felipe VI, de sus escándalos, las desavenencias entre los socios de Gobierno han sido más que palpables. Este clima de tensión, amplificado por la actualidad de Zarzuela, ha abierto una brecha aún mayor entre los dos partidos que conforman el Ejecutivo.

Pedro Sánchez y Pablo Iglesias firmaron el acuerdo para la coalición el pasado mes de enero, tras varios meses de tira y afloja. Desde aquella rúbrica, tanto PSOE como Unidas Podemos excusaron sus divergencias argumentales alegando que no son un partido único, sino dos fuerzas con pensamiento propio.

La reforma laboral generó una grieta entre ambas formaciones. Un debate que quedó aparcado, por el momento, pero que provocó una hendidura en las relaciones. Ahora, con la Monarquía, Unidas Podemos pretende adoptar un perfil mucho más agresivo que les permita desmarcarse del relato socialista y recuperar fuerza y voz en el Gobierno y, a su vez, entre el electorado.

Los morados no han pasado precisamente de soslayo por la marcha del rey Emérito. Incluso, desde un primer momento, la han tildado de “huida”, alineándose con los grupos independentistas vascos y catalanes. Podemos se ha distanciado sobremanera de la postura protectora con Juan Carlos I y la Corona, según entienden, que adoptaron los socialistas.

Cuerpo a cuerpo

La posición de Podemos respecto a la Monarquía siempre ha sido clara, pero las circunstancias invitan a recrudecer su discurso y mostrar su total oposición tanto a la marcha del Emérito como al actual modelo de Estado. Tanto es así que no han desechado un cuerpo a cuerpo, en forma de cruces de declaraciones, con Carmen Calvo.

La vicepresidenta del Gobierno ya reprendió a Iglesias, indirectamente, sobre la semántica en su argumentario y arguyó que Juan Carlos I “no huye de nada”. Calvo aseguró que el Ejecutivo trabaja dentro del marco actual que rige la Constitución Española, tal y como deslizó Pedro Sánchez en su comparecencia tras el Consejo de Ministros.

Por su parte, los de Pablo Iglesias apuntan directamente hacia Calvo como responsable de la negociación entre Moncloa y Zarzuela. Durante esta semana, Podemos incluso se ha sumado a la petición de comparecencia de Carmen Calvo en el Congreso que anunciaron Esquerra Republicana y Bildu.

Propuesta de referéndum

Por supuesto, el planteamiento de Podemos no sólo se queda en la línea argumental y en el choque de posturas con respecto al PSOE, sino que pretende incidir en la línea de flotación de los socialistas. La estrategia pretende construir la imagen de que la formación morada son la única fuerza con ansias reales republicanas, oponiéndose a un PSOE que mantiene su defensa a la monarquía parlamentaria.

Este motivo implica, además de instaurar el debate sobre el modelo de estado en todos los estratos de la sociedad española, dar un paso más allá. Esa zancada entroncaría con la posibilidad de plantear un referéndum para que la ciudadanía dirima entre Monarquía y República.

En Unidas Podemos, tal y como aseguró el presidente del Grupo Parlamentario y líder de los Comuns, Jaume Asens, consideran que España reclama un plebiscito. Esta línea de pensamiento invita al partido de Iglesias a emprender un camino alternativo para el planteamiento del referéndum.

Según ha publicado El Confidencial, la gran apuesta de Unidas Podemos versa en el impulso de un proceso constituyente que se llevaría a cabo a través del renovado think tank de la organización. Esta suerte de “FAES de la izquierda” tendrá como máximo responsable al que fuera cofundador y dirigente de la formación, Juan Carlos Monedero.

El Instituto 25-M contará con una reforma de calado de la Constitución entre sus líneas de actuación. Según atestiguan al citado medio, “solo tenemos el ruido de la derecha y de la extrema derecha que no hacen otra cosa que gritar”. Por esta razón, sostienen que “contra los golpes, nosotros proponemos firmeza democrática, estado de derecho y diálogo”.

El sendero por el que se desliza Unidas Podemos no se basa en la aritmética parlamentaria, lo cual resulta un escollo importante para sus pretensiones, sino que rima en consonante con el artículo 92 de la Constitución. Este epígrafe evidencia que tan sólo bastaría con la mayoría de la moción de censura para tomar el pulso a la ciudadanía.

De resultar efectiva esta estratagema, el PSOE, como formación presuntamente republicana, quedaría entre la espada y la pared de cara al electorado, además de generar una brecha argumental en cuanto a su presumible postura. Un jaque en toda regla para los socialistas.