El Cholo Simeone tiene una “mesa chica”. Así llama a su pequeño círculo de confianza, tres personas con las que se sienta a hablar para debatir las cosas importantes. La “mesa chica” sólo tiene una regla: te digan lo que te digan, no te enojes. Quien se enoje, no merece sentarse en ella. Todos los líderes políticos tienen su propia mesa. Un lugar donde escuchar lo que a uno nunca le apetece escuchar, un espacio para la verdad, lejos del culto al líder que suele rodear a la política, lejos de los cumplidos y de los blandos consejos.
Después de una campaña exprés en la que Alberto Núñez Feijóo ha recorrido en diez días 11.260 kilómetros, cubriendo los trayectos entre catorce ciudades, todos en el Partido Popular tienen claro que uno de los que tienen sitio asegurado en la mesa chica del nuevo líder es Miguel Ángel Tellado Filgueira, un ferrolano que nació apenas un año antes de que otro ferrolano, Francisco Franco, de oficio dictador, muriera.
Ante un boxeador zurdo es mejor cambiar la guardia. Despista la potencia de los golpes, arrancamos el combate desnortados y en desventaja. Tellado es zurdo y boxea imprevisible y tenaz. Dice uno de los mandamases de los que dejan el testigo a este nuevo equipo: “Tellado nunca desvela su próximo movimiento. Aspecto amable, pero detrás de la fachada no hay piedad. Es leal, que es una virtud, pero hermético. Una de esas personas con las que hablas, que terminas la conversación encantado, y luego llegas a casa y no sabes si te ha dicho o no la verdad”.
En el ecuador de la caravana de Feijóo, tocaba visitar Andalucía, un indiscutible granero de votos, el territorio con mayor número de compromisarios, la tierra que sirve de árbitro en todos los Congresos del PP. El enclave no es elegido al azar: Málaga. Cuna de Juanma Moreno Bonilla y donde Elías Bendodo preside el partido. Tampoco fue casual que el aterrizaje de la troupe tuviera lugar en Torremolinos, un municipio histórico para el PP, que ganó las últimas elecciones y en el que no pudo gobernar por un pacto entre el PSOE y una expulsada de Vox y que Bendodo recuperó hace apenas unos meses con una moción de censura.
Aquel sábado, cerca del Mediterráneo, en el Hotel Barceló de la capital, muy lejos de los focos, mantuvieron un breve encuentro los ocho presidentes provinciales del PP Andaluz, junto a Moreno y Feijóo, en el que también estuvo Tellado. Algunos de los presentes al pequeño cónclave cuentan que, al llegar el futuro presidente del PP, dijo a los presentes: “Aquí las putadas las gastan dos y se llaman Bendodo y Tellado”. Lo dijo en tono jocoso y con retranca gallega, pero a veces, en política como en la vida, solo hace falta explicar las cosas bien una vez para que todos las entiendan. Por eso a algunos de los presentes no les hizo ni maldita la gracia e intuyeron que ahora les tocará resistir “a lo Zelenski”. Y con quienes se sienten amenazados por el cambio en el timón deberá usar Tellado su mano izquierda como buen zurdo.
Miguel Ángel Tellado fue jefe de prensa del Ayuntamiento de Ferrol cuando aún no había cumplido treinta años. En 2016, ya era Secretario General del PP en Galicia. Entre medias, una carrera fulgurante. El alcalde de Ferrol José Manuel Rey Varela fue nombrado consejero por Feijóo, y se llevó a Tellado con él. En el año 2009 pasó a ser jefe de gabinete de la Consejera de Trabajo y Bienestar, puesto que dejó tras las elecciones municipales de 2011 para convertirse en jefe de gabinete de la Alcaldía de Ferrol. Hasta el año 2012, el periodista Tellado está cómodo en las zonas templadas de la política, pero en ese justo instante, decide dar el paso e ir por primera vez en una lista electoral. Gana su acta de diputado en el Parlamento de Galicia, donde ocupó, primero, la portavocía de Trabajo y luego la de Administración Pública, Justicia e Interior y fue viceportavoz del Grupo Popular. También fue diputado en la X legislatura, actuando como viceportavoz del Grupo Popular y portavoz de Industria y Empleo. En septiembre de 2014, el Comité Ejecutivo del PPdeG lo designó portavoz del partido. Un Secretario General que no ha pasado por la escuela de Nueva Generaciones.
De familia numerosa, siete hermanos, sabe que para hacerse escuchar tiene que esperar uno su momento. Divorciado, dedica su tiempo y su vida al Partido Popular. Representa a la Galicia más auténtica en idioma y en manera de entender el mundo, dicen miembros del PP de Fraga que también cuentan que el día para él no tiene horas y que se ha recorrido Galicia en su propio vehículo. El Opel de Tellado conoce todas las comarcas gallegas de Verín a Fisterra.
Miembros del equipo de organización de Génova dicen que es el artífice de los éxitos del partido en Galicia. Es un híbrido entre un fontanero y una persona con visión política. Sus afines lo llaman exigente, pero justo. Alguien con despacho en las plantas nobles de Génova desde hace muchos años nos explica que, cuando en el PP hay que poner un ejemplo de que las cosas funcionan, es recurrente mirar a Galicia y recordar que en campaña electoral del primero al último pasa por la sede para ensobrar papeletas… Miguel Tellado es la persona que está a los mandos para que la maquinaria no pare. Siempre en la sombra, pero siempre presente. Es el general secretario que tiene pleno control, pero sin espectáculos, sin el show de la política.
Nadie sabe dónde estará en esta nueva etapa, porque el clan gallego no airea los asuntos de familia, pero todo el mundo tiene claro que siempre cerca de Feijóo, en Galicia o en coordinación y organización del PP nacional. Es del estrecho círculo político del nuevo líder popular, pero no de su círculo personal. Por su trabajo silencioso y eficaz de tantos años, ya tiene su red de peones del partido por toda España, a los que exige tanto como da. Desde el año 2018 ha sido el enlace de Feijóo con los territorios. En los meses previos al gran terremoto popular que terminó con un Casado contra las cuerdas en aquella noche del 23F, donde Casado pasó a estar de cuerpo presente, Tellado ha llamado, ha escuchado lamentos y ha dado la razón a cada uno de los cabreados y apartados en la breve y mustia etapa que acaba de finalizar y en el momento clave ha activado el engranaje del relevo.
"Aún no se ha ido y ya lo echamos de menos. Esa es la realidad", dijo Tellado en aquella primera rueda de prensa del PP gallego tras confirmarse que Feijóo aceptaba el reto. En esa misma rueda de prensa, Tellado volvió a admitir "errores" en la última etapa, pero, conciliador, añadió: "Sería injusto no reconocer que también se tuvieron muchos aciertos". "Debemos construir este nuevo capítulo desde el respeto al trabajo de los que nos precedieron", terminó, echando un capote a Casado y a su equipo, "uniendo a todos en un gran proyecto común". Las palabras no piden pan. Los hechos, sin embargo, son voraces. Al tiempo.