El yate 'Fortuna' / EFE-Archivo



El rey anunció recientemente que dejaría de usar el yate 'Fortuna' que le regalaron empresarios mallorquines, una donación propiedad de Patrimonio Nacional y que tenía un alto coste de dinero público solo en mantenimiento y combustible -llenar el depósito supone unos 25.000 euros-. Pero ahora los empresarios que hicieron el regalo en el año 2000, integrados en la Fundación Turística y Cultural de Baleares, ha acordado por unanimidad solicitar al Consejo de Administración del Patrimonio Nacional la devolución de la embarcación, alegando que su donación fue "modal o finalista".

"Para uso y disfrute de Su Majestad" y su familia
En una carta dirigida al Consejo de Administración de Patrimonio Nacional y firmada por la presidenta de la citada Fundación, Carmen Matutes, se explica que la decisión de donar la embarcación era "para el uso y disfrute de Su Majestad el Rey y de los miembros de la Real Familia", es decir, una donación modal o finalista, según ha difundido Europa Press. Fue el Consejo de Administración de Patrimonio Nacional autorizó el pasado 21 de mayo "por unanimidad" iniciar los trámites para la desafectación del yate 'Fortuna', después de que la semana anterior el Rey Don Juan Carlos les trasladara su intención de renunciar al barco.

En el aire el futuro del yate
El expediente aprobado por Patrimonio Nacional no establece cuál puede ser el futuro del yate, que podría ser subastado o permanecer como bien del Estado, una vez deje de pertenecer al organismo responsable de los bienes de titularidad del Estado que proceden del legado de la Corona española, entre los que se encuentran ocho palacios reales y trece monasterios y conventos.

Sustituyó a otro yate regalado por rey saudí
El monarca recibió el 'Fortuna' como regalo de un grupo de empresarios mallorquines en el año 2000, para sustituir al anterior 'Fortuna' que Don Juan Carlos había recibido también como obsequio del Rey de Arabia Saudí a finales de los años 70. Hubo un primer 'Fortuna', con el que el entonces Príncipe de España compitió en unos Juegos Olímpicos de Munich de 1972 y que acabó siendo donado al Museo Olímpico de Barcelona. Construido por los astilleros de Izar en San Fernando (Cádiz), el yate del que se ahora se desprende tiene una cubierta principal con un salón noble, un comedor, una cocina y un gran puente de mando. En el piso inferior, tiene cuatro camarotes, dos reservados para el Rey y sus invitados, que ocupan toda la manga, y otros dos a ambas bandas del pasio central.