Lobato, Sánchez Acera y el propio tribunal desvinculan a Moncloa de la filtración del novio de Ayuso

El juicio al fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, se viene desarrollando desde inicios de esta semana, hallando episodios que están copando titulares como el hecho de que los jefes de prensa de Fiscalía General y la Fiscalía Provincial evidenciaran que Miguel Ángel Rodríguez mintió ante el juez al exponer que los bulos circulaban horas antes del momento en el que el jefe de gabinete de Ayuso indicó que había empezado a mover información o las declaraciones de los fiscales Julián Salto, Pilar Rodríguez y Diego Villafañe, que chocaron con la ofrecida por Almudena Lastra al asegurar estos que no hubo irregularidades, filtración y menos un ofrecimiento de pacto a González Amador.

Momentos de este procedimiento judicial que se están sumando a los que sobresalen en esta jornada del 5 de noviembre, en la que ha sido el turno de testificar de Juan Lobato, quien fuera líder del PSOE de Madrid, y Pilar Sánchez Acera, quien en el momento de los hechos que se investigan trabajaba en La Moncloa. Sus declaraciones han supuesto un freno a la estrategia que trataba de desarrollar la defensa del novio de Isabel Díaz Ayuso, por la cual se buscaba vincular al Ejecutivo nacional con la filtración. Así, el abogado de González Amador ha intentado establecer una relación entre la información falsa que llegó a la prensa, señalando una oferta de pacto realizada por la Fiscalía a la pareja de la presidenta de la Comunidad de Madrid, y Francesc Vallés, secretario de Estado de Comunicación en aquellos días. 

No obstante, a pesar de plantear esta posible vinculación, el abogado de González Amador ha encontrado respuestas por parte de Lobato y Sánchez Acera en las que se negaba dicha relación, asegurando el que fuera líder del PSOE de Madrid que en ningún momento recibió indicaciones de Vallés en relación al novio de Ayuso y negando la que fuera trabajadora de Moncloa hechos similares.

Los intentos del abogado de Gónzalez Amador han encontrando una llamada a limitarse al objeto del caso por parte de presidente del tribunal, Andrés Martínez Arrieta, recordándole que la implicación de Moncloa en la filtración que trataba de plantear ya se abordó en la Sala de Apelación ya retiró esta teoría de la causa hallando acusaciones vertidas sin pruebas por parte del juez instructor, Ángel Hurtado, quien planteaba como posible que el fiscal general filtró el correo siguiendo “indicaciones recibidas de Presidencia del Gobierno”.

Los hechos que relatan Sánchez Acera y Juan Lobato

La ex secretaria de política institucional del PSOE de Madrid, Pilar Sánchez Acera, ha asegurado que "nunca" recibió el correo que la defensa de Alberto González Amador envió el 2 de febrero de 2024 a la Fiscalía ofreciéndose a reconocer dos delitos fiscales a cambio de un pacto. Y ha explicado que el pantallazo que envió con datos similares al entonces líder de los socialistas madrileños, Juan Lobato, le llegó de un medio de comunicación, aunque afirma que no recuerda cual, y no de la Fiscalía General del Estado. Así, ha relatado que no ha podido comprobar dicha información porque cambió de teléfono móvil en septiembre de 2024, cuando se fue a trabajar al Ministerio de Transformación Digital como jefa de gabinete de Óscar López.

Sánchez Acera ha comparecido como testigo a raíz de las conversaciones de WhatsApp que Lobato aportó a la investigación. En dichos mensajes consta que ella le envió al entonces líder del PSOE madrileño la mañana del 14 de marzo, antes de que la Fiscalía publicara su nota de prensa, un "pantallazo" con información relativa a González Amador y le animaba a usarlo contra Díaz Ayuso en el Pleno de la Asamblea de Madrid.

Por su parte, el exlíder del PSOE de Madrid, Juan Lobato, declaraba previamente asegurando que el "pantallazo" del correo electrónico donde la defensa de Alberto González Amador, novio de la presidenta madrileña, ofrecía confesar a cambio de un pacto con Fiscalía no le llegó a través de la institución pero que preguntó si era así por "prudencia", porque pensó que podía interpretarse así.