Desde que Ortega Smith propuso en el debate de candidatos al Ayuntamiento trasladar el Orgullo Gay a la Casa de Campo, Isabel Díaz Ayuso ha sacado pecho porque “el Orgullo es lo que es gracias al PP”. Sin embargo, lo que la candidata del PP no recuerda es la cantidad de ocasiones en las que ha sido vetado por sus políticas.

Sin ir más lejos, la organización del Orgullo Gay no permitió que Ángel Garrido y el Partido Popular encabezaran la manifestación de la pasada edición. Una decisión que la tomaron debido a la “falta de compromiso” de la fuerza conservadora con el movimiento LGTBIQ+.

El Partido Popular se comprometió con el colectivo a apoyar la ley de transexualidad. Sin embargo, lamentan que el PP traicionara su palabra y “nuestra confianza” por no demostrar lo suscrito con respecto a la legislación mencionada.

Esto dejaría en entredicho las constantes declaraciones de Ayuso sobre la colaboración del Partido Popular con el colectivo LGTBIQ+. Es más, no es la primera vez que la presencia de la formación que hoy dirige Pablo Casado es vetada por la organización. Ya ocurrió en 2016, aunque ese año sí invitaron a Cristina Cifuentes a la manifestación, pero no al PP.

La por entonces presidenta de la Comunidad de Madrid aseguraba que no le agradaba la idea del veto a un partido concreto “porque no tiene sentido hablar de integración excluyendo a algunos”. Desde las asociaciones dieron una respuesta parecida a la que darían dos años después: “Nosotros estamos encantados de que vengan, pero para ello se necesita un compromiso político con el colectivo”.

Primera invitación al PP

De hecho, la primera vez que el Partido Popular acudió a la manifestación del Orgullo Gay fue en 2017. Así lo hizo saber Andrea Levy durante aquella marcha. “Es la primera vez que nos invitan”. La vicesecretaria de Estudios y Programas dejó claro que el trabajo del PP con el Orgullo no siempre ha sido óptimo, ni siquiera para su visibilidad.

Muchos han sido los populares que han criticado este día. Sobre todo, durante los primeros años del siglo XXI. José María Aznar, Mariano Rajoy y, por supuesto, la inolvidable frase de Ana Botella en la que deslizaba que “hombre y mujer es una cosa, que es el matrimonio, y dos hombres o dos mujeres serán otra cosa distinta” utilizando una metáfora de peras y manzanas que perdura hoy en día.