A través de un discurso puramente institucional, el rey Felipe VI ha abordado su tradicional cita con los españoles en este día de Nochebuena con multitudes referencias a la crisis provocada por la pandemia del coronavirus, que ha sido la protagonista en la mayor parte de los meses de este 2020 desde que el pasado mes de marzo llegase con fuerza a España.

“Me dirijo a vosotros en esta Nochebuena cuando estamos viviendo unas circunstancias verdaderamente excepcionales debido a la pandemia”. Con estas palabras ha comenzado el rey su discurso. A lo largo de su alocución de poco más de 13 minutos, Felipe VI ha hablado sobre la pandemia, sus consecuencias sociales y económicas, la importancia de la ciencia, de la democracia y de las autoridades... Aunque no ha condenado con contundencia las presuntas actividades fraudulentas del emérito, sí ha querido rendir homenaje y recordar a todos los fallecidos por la pandemia, además de agradecer la gran labor que los profesionales sanitarios han desarrollado en la primera línea contra el virus. A continuación se pueden leer íntegramente las referencias del monarca a fallecidos y sanitarios:

Muchas familias no os habéis podido reunir esta noche como teníais pensado por las medidas sanitarias; y en miles de hogares hay un vacío imposible de llenar por el fallecimiento de vuestros seres queridos, a los que quiero ahora recordar con emoción y con todo respeto. Un recuerdo que llena de sentimientos muy profundos nuestros corazones. Y también, en estos momentos, muchos ciudadanos lucháis contra la enfermedad o sus secuelas en vuestras casas, en hospitales o en residencias. A todos os envío especialmente hoy mi mayor ánimo y afecto.

2020 ha sido un año muy duro y difícil. El virus ha irrumpido en nuestras vidas trayendo sufrimiento, tristeza o temor; ha alterado nuestra manera de vivir y trabajar, y ha afectado gravemente a nuestra economía, incluso paralizando o destruyendo muchas empresas.

Muchos ciudadanos y familias vivís la angustia del desempleo o la precariedad; la angustia de apenas llegar a cubrir las necesidades básicas; o sentís la tristeza de tener que abandonar un negocio al que habéis dedicado vuestra vida. Por todo ello es lógico y comprensible que el desánimo o la desconfianza estén muy presentes en tantos hogares.

Y sin embargo, la respuesta a una crisis tan seria como la que estamos viviendo no puede venir de la mano de más desánimo o de más desconfianza. La situación es grave. Pero, aún así, tenemos que afrontar el futuro con determinación y seguridad en nosotros mismos, en lo que somos capaces de hacer unidos, con ánimo y esperanza; con confianza en nuestro país y en nuestro modelo de convivencia democrática.

Tenemos motivos para ello; porque a lo largo de las últimas décadas, ante dificultades también graves, siempre hemos sido capaces de superarlas. Y esta situación que estamos viviendo no va a ser distinta de las demás; porque ni el virus ni la crisis económica nos van a doblegar.

Sobre la situación sanitaria, es claro que la superación de esta enfermedad llegará gracias a la ciencia y a la investigación. Los nuevos tratamientos contra el virus y el desarrollo de las vacunas que están en marcha nos ofrecen ya una gran esperanza. Pero, mientras tanto, tenemos mucho que hacer.

La responsabilidad individual sigue siendo imprescindible y es un instrumento efectivo de lucha contra el virus. Por ello es tan importante mantenernos prevenidos y no bajar la guardia.

A los sanitarios les damos una vez más las gracias por su enorme esfuerzo, su extraordinaria profesionalidad y su gran humanidad con los enfermos. Hicieron frente a los primeros embates del virus en situaciones extremas y también de desbordamiento en algunos de nuestros hospitales. Hoy siguen afrontando esta lucha con una gran carga emocional y física sobre sus espaldas. Les pedimos que mantengan todo el ánimo y toda la fortaleza y que sigan cuidando de nuestra salud”.