Concha Espejel y la presidenta de Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal. Foto: Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha



Tiene todas las papeletas a su favor; todo parece indicar que la sección segunda de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional que preside Concepción Espejel será la encargada de juzgar la mayor trama de corrupción en la que se ha visto envuelto el Partido Popular (y van varias), con numerosos de sus líderes imputados y apartados de la vida política por su más que probada participación en la “Banda Gürtel”, grupo mafioso destacado de buscones y dirigentes del partido de Mariano Rajoy que se repartieron cientos de millones de euros en mordidas y comisiones. El nombre de la magistrada pasaría sin pena ni gloria a no ser que fuera amiga personal de María Dolores Cospedal o que el propio PP la propusiera en su día como vocal del Consejo General del Poder Judicial. Proximidad y amistad que para las acusaciones son incompatibles con el “principio de imparcialidad (objetiva y subjetiva). De ahí que fuentes de los abogados acusadores hayan reconocido a ELPLURAL.COM la posibilidad de recusar a la jueza en el supuesto caso de que la mayor historia de la corrupción política de este país caiga en sus manos, ya que aprecian hasta cinco grandes razones para que Espejel no presida el tribunal juzgador. Son las siguientes:

PRIMERA RAZÓN: Amistad manifiesta con Cospedal
“Haber participado en este acto para la imposición a Concha Espejel de la Gran Cruz de San Raimundo de Peñafort, créanme que para mí es un honor y un privilegio. Es el acto de reconocimiento y de homenaje a una gran mujer (...) Concepción Espejel, que para todos (del PP) es Concha y lo va a ser siempre, ha tenido un compromiso firme y una vocación profunda con la dimensión más social de la administración de justicia”. Estas palabras fueron pronunciadas por Cospedal el pasado 28 de febrero en la sede del Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha, en Albacete, donde la secretaria general del PP arropó a su “amiga Concha” (escuchar audio). ¿Por qué en Albacete y no en Madrid? Carece de toda lógica que una magistrada de la Audiencia Nacional reciba la más alta condecoración de la Justicia en La Mancha y de manos de la presidenta de esa Comunidad, a no ser que las una algo más que lazos institucionales.

SEGUNDA RAZÓN: Relación directa con el PP
Con estos antecedentes, a Concepción Espejel no le queda más remedio que aceptar su amistad (y no lo niega) con María Dolores Cospedal y su inequívoca y directa relación en el PP, partido que la aupó desde Guadalajara al Consejo General del Poder Judicial donde ha ocupado en los últimos años una vocalía. Aunque ella dice que la nombró el Senado, “sí, pero con los votos del Partido Popular”, señalan a este periódico las mismas fuentes, para seguidamente argumentar, “esta proximidad es motivo más que suficiente para que ella misma renunciara a participar en el tribunal y mucho menos a presidirlo, como es su intención”. Y por supuesto no fue casual la designación en el CGPJ de vocal territorial para Castilla-La Mancha, designio que reforzó, si cabe aun más, su relación con Cospedal.

Concha Espejel, Cospedal y Vicente Rouco, presidente del Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha. Foto: Junta de Comunidades



TERCERA RAZÓN: “Las carambolas” para llegar a la AN
Las fuentes de las acusaciones consultadas por esta redacción no ocultan tampoco “las carambolas” que se produjeron en su momento para que la magistrada Espejel presidiera la sección segunda de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional; por cierto, sección que ella misma promovió siendo vocal del CGPJ. A saber: Cambió radicalmente el reparto de magistrados, de tal forma que dispuso que ella siempre presidiría el tribunal, hecho insólito hasta su llegada a la AN, en diciembre de 2013, que contó con la oposición del resto de compañeros que no entendieron su afán de protagonismo y que todavía dudan de que pueda asumir todo el trabajo ella sola. De esta forma, se convirtió en dueña y señora en la conducción de las causas, dirigiendo los debates y admitiendo o no preguntas, o considerándolas o no pertinentes, además de “puntear” a los otros candidatos a presidir la misma sección. Todo un cúmulo de “coincidencias” que hacen desconfiar a los abogados. ¿Por qué tanto interés en presidir todas la causas?

CUARTA RAZÓN: Incendio de Guadalajara
Suma y sigue. Concepción Espejel era presidenta de la Audiencia Provincial de Guadalajara cuando el incendio devastador de Ribas de Saelices de julio de 2005 sesgó la vida a 11 miembros de un retén. Suceso que fue aprovechado más tarde por la entonces jefa (Cospedal) de la oposición para intentar meter en la cárcel a los altos cargos del PSOE que intentaron apagar las llamas. La jueza de Sigüenza rechazó las acusaciones del PP y fue trasladada sin que le diera tiempo a archivar el caso, que nuevamente fue reactivado por orden de Espejel y con una nueva jueza. Sin embargo, las cosas no salieron como esperaba la que el PP propuso rápidamente como vocal del Consejo General del Poder Judicial. La renovada presidencia de la Audiencia alcarreña absolvió a todos y condenó sólo al excursionista que había encendido la barbacoa. Tal fue el desatino de la hoy magistrada de la AN, que el tribunal que se hizo cargo del caso criticó en una sentencia la “irrelevante e inútil” investigación exigida por la amiga de Cospedal. No pasó nada. Bueno, sí, que una veintena de personas no fueron a la cárcel como exigía el PP y que María Dolores Cospedal ganó las elecciones autonómicas de 2011 gracias al expreso y destacado apoyo del electorado de Guadalajara. Casualidades.

QUINTA RAZÓN: Antecedentes recusatorios
Por menos, por mucho menos, han sido aceptadas las recusaciones de otros jueces, como por ejemplo la solicitada por el Elpidio Silva contra María Tardón por supuesta imparcialidad. Los jueces lo tuvieron claro y la aceptaron para “preservar la imagen de la Justicia y la confianza que los tribunales deben inspirar a los ciudadanos (...)”. Tardón tenía claros lazos con el PP. Un tanto de lo mismo sucedió con Baltasar Garzón, que tuvo la osadía de investigar lo considerado todavía tabú por la Justicia. El Tribunal Supremo admitió para evitar cualquier sospecha de parcialidad su recusación contra cinco de los siete magistrados que habían sido designados para juzgarle por declararse competente para investigar los crímenes del franquismo. La lista es extensa y menos contundente que los argumentos existentes contra Concepción Espejel.