La juez Coro Cillán, en el primer día de su juicio como acusada por el caso de la discoteca Moma. Foto TSJM



La polémica jueza María del Coro Cillán, titular del Juzgado de Instrucción número 43 de Madrid, y conocida por sus intentos de reabrir el caso del 11-M, ha sido condenada a una inhabilitación de quince años por el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) por un delito continuado de prevaricación al favorecer a un amigo íntimo con el cierre, en 2011, de la discoteca madrileña Moma, en la calle José Abascal.

Sus decisiones no tenían base jurídica
La sentencia condena, además, a la jueza a pagar una multa de 18 meses y un día por una cuota de 15 euros. El Tribunal sostiene que Cillán cometió un delito de prevaricación, ya que dictaminó varias resoluciones injustas, como el auto de precinto del local y la resolución en la que nombraba un administrador. Según la sentencia, "no eran sostenibles jurídicamente" y no se cumplían "los mínimos parámetros de motivación".

Benefició a un íntimo amigo
El TSJM señala como conducta irregular que la juez implantó una administración judicial respecto a "unos locales en los que ni consta ni se denuncia la comisión de hechos delictivos, sino una controversia entre sus titulares". Además, tacha de "escandaloso" que la juez nombrase a un administrador judicial "sin debate ni reflexión ninguna" y por una providencia le reconociera seis días más tarde una retribución mensual de 18.000 euros. Según se explica en la sentencia, Coro Cillán nombró para uno de los dos puestos de administrador a su supuesto novio, quien "pasó a ser administrador único con una retribución mensual de dos mil quinientos euros".

El Poder Judicial abrió expediente contra Cillán
La Comisión Disciplinaria del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) inició, en diciembre pasado, un expediente disciplinario a Coro Cillán por cuatro posibles faltas de disciplina cometidas en relación diversas decisiones que afectaron a la administración judicial de la discoteca Moma.

Heroína de El Mundo y La Gaceta por intentar reabrir el 11-M
Las acusaciones contra Coro Cillán, salidas de su propio entorno de trabajo, y la investigación sobre sus irregularidades, fueron vistas por La Gaceta y El Mundo como una campaña de acoso a la jueza por su intento de reabrir el caso del 11-M. Ambos medios le trataron como una heroína por su empeño, y el director de El Mundo, Pedro J. Ramírez, dijo de ella que sería la única capaz de acabar con Rubalcaba.

Llegó a interrogar a personal de Renfe
En su empeño por reabrir la causa del 11-M,  Coro Cillán pretendió investigar si fueron ocultadas pruebas fundamentales y llegó a interrogar en 2012 a funcionarios de Renfe, con el propósito de preguntarles por qué fueron desguazados los trenes siniestrados. Además, citó también a quien fuera director general en Europa de la mercantil Maxam Europe, la empresa que fabrica la dinamita de la marca Goma 2 Eco, que, según la sentencia, estalló en los trenes.

Interrogó a seis funcionarios de Renfe
La semana pasada, la juez, que

En 1999 fue suspendida por dos años
La carrera de Coro Cillán ha estado marcada por expedientes disciplinarios y sanciones, como ya contó ELPLURAL.COM. En 1999 fue sancionada por retrasos injustificados y dos años después volvió a cometer esta misma falta. Cuando era ponente, ocultaba a sus compañeros de tribunal borradores de sentencia o no incluía en ellas los argumentos acordados durante la deliberación de asuntos judiciales.

Número dos de una formación franquista
Su pasado vinculado a la política deja que desear. En 1979 fue como número dos por Guipúzcoa en las listas de Unión Floral del País Vasco, una coalición que reunió a franquistas y ultraderechistas.