En estos días de inicio de noviembre donde muchos españolitos rascan sus bolsillos y sus maltrechas cuentas sometidas a los designios de una inflación descontrolada de donde arañar unos euros para atender el segundo plazo de la declaración de la renta, no deja de molestar pensar que hay personajes que van tranquilamente pavoneándose de influyentes en la vida política e incluso ética del país, mientras arrastran cantidades deudoras al fisco en las que cabrían gran parte de los sueños de aquellos a los que explotan directa o indirectamente. Uno de estos ungidos por las lagunas fiscales de un sistema recaudatorio que sigue ahogando a los pobres en beneficio de los de siempre, es el que muchos ya apuntamos como la mano que mece la cuna en Vox, Julio Ariza. Y es que el perejil que aparece últimamente en todas las salsas vinculadas al partido verde sigue aumentando sus deudas en las listas de morosos que publica la Hacienda española, donde el empresario que derrumbó Intereconomía debe por varias empresas de la corporación más de 21 millones de euros. Pero esto no le impide aburrir a sus fieles seguidores con monólogos doctrinales de púlpito maltrecho donde se erige en defensor de las clases medias y trabajadoras a las que con sus actos desprecia y con su soberbia maltrata, mientras algunos rebeldes no se sabe si con causa o sin ella, le señalan como el nexo de unión entre la cúpula del partido con sede en bambú y las tinieblas de misteriosos poderes fácticos y económicos, que busca un extraño ordenamiento del país para instaurar su particular reinado de Cristo.

Y es que este personaje empresarial forjado en las sobremesas de comilonas políticas de antiguos compañeros de partido y fieles a hincar la rodilla en bancos de iglesia con menos carcoma que sus almas, ha sido condenado a dos años de inhabilitación para administrar bienes ajenos y a responder de la cobertura del déficit del concurso de acreedores de Intereconomía televisión declarado culpable por importe de casi 4,5 millones de euros. Así que es más que previsible que en los próximos días y haciendo uso de esa auto asumida supremacía moral asignada por ese su Dios de pacotilla que miraba hacia otro lado mientras su hijo pródigo engrosaba la lista de acreedores de diversos créditos laborales y tributarios, inundará sus canales de comunicación de ese discurso tan propio de las filas verdes de autocompasión por estar siendo sometidos a un escarnio por su condición de defensor de los valores patrios. Discursos que solo su Dios sabe si serán escritos por la empresa de su hijo y su antiguo director de la Gaceta con cargo a alguna sociedad de ese entramado oscuro de los que algunos le acusan últimamente en emisoras de radio y libro con nombre propio de mujer, o tal vez sean guionizados por algún miembro del claustro de profesores de esa reducida escuela de liderazgo donde habitan mediocres politicuchos de discurso pobre y maltrecho aupados al altillo de la mal entendida intelectualidad por ladrillos editoriales de Homo Legens.

Sea como sea, espero que al menos durante dos años nadie más tenga que recibir mensajes en su nombre donde se le vete en medios comunicación impidiendo enriquecer la pluralidad política de un país que sigue haciéndose grande a pesar de personajes como él, donde los ciudadanos que estos días han sacado brillo a sus bolsillos para cumplir con las obligaciones que el desprecia puedan seguir disfrutando de la verdadera “libertad de expresión” que les hace libres y más inmunes cada vez a las prácticas de este tonto machadiano.