El bloque de la moción de censura está en peligro. Con Bildu se firman acuerdos que son corregidos horas más tarde, provocando una marejada interna en el seno del Gobierno. ERC denuncia la falta de diálogo y solicita que vuelva la interlocución entre administraciones y partidos políticos que hizo posible que una mayoría progresista acabara con los desmanes del Partido Popular. Más País advierte de que solo mirando a la izquierda la legislatura durará cuatro años. Y Compromís ejemplifica a la perfección que no todo vale.

Así lo denuncia Joan Baldoví, quien, cansado de que se infravaloren sus demandas, explica que se está obligando al pueblo valenciano a “luchar contra este virus con una mano atada a la espalda”. “Solo tenemos un voto, pero ese voto hizo presidente a Pedro Sánchez”, recuerda el líder de la formación valenciana, que contesta a las preguntas de ElPlural.com después de votar en contra de la quinta prórroga del estado de alarma.

Una decisión que no se corregirá si la administración central no muestra el respeto mutuo que Baldoví reivindica merecer. Con cada votación en el Congreso de los Diputados ese pacto progresista que quedó implícito en la moción de censura a Rajoy pierde apoyos. Con un Gobierno en coalición que solo suma 155 escaños, el portavoz de Compromís exige que se tengan en cuenta los problemas estructurales de financiación de la Comunidad Valenciana.

PREGUNTA: Compromís se ha caracterizado por caminar al lado del Gobierno. Sin embargo, el pasado miércoles su grupo votó en contra de la prórroga del estado de alarma. ¿Qué ha cambiado? ¿Cuáles fueron las reivindicaciones de Compromís para apoyar la ampliación del decreto?

RESPUESTA: Ha cambiado la actitud de la ministra Montero. Fue totalmente injusto que dijera que nos inventamos problemas, siendo muchísimo más dura con Compromís, partido que ha contribuido a que este Gobierno llegara a La Moncloa, que con UPN, que ha votado en contra sistemáticamente.

La ministra de Hacienda ha sido consejera en Andalucía y sabe perfectamente que lo que yo pedía no era descabellado. Esos 16.000 millones de reparto a las comunidades autónomas deben ser repartidos atendiendo al punto de partida de cada territorio: mientras Madrid, bien financiada, puede suprimir los impuestos a los ricos, nosotros pagaremos las nóminas de los sanitarios posteriores al mes de agosto a través de préstamos.

P: Dos meses después de la moción de censura de 2018, la propia ministra de Hacienda, María Jesús Montero, explicó que había que regular la infrafinanciación valenciana, que deriva en un déficit anual de cerca de 2.000 millones de euros, un 2% del PIB valenciano. Desde entonces, sigue sin ser subsanada la situación.

R: Han pasado dos años y no han hecho nada. Ahora quizá no es el momento de hablar del modelo de infrafinanciación. Pero qué menos que las cinco comunidades autónomas que estamos por debajo de la media luchemos con las mismas armas. Mientras algunos luchamos de cuerpo presente, otros tienen escudos para protegerse.

¿Cómo puede ser que se gasten 2.100 millones en un tanque para el Ejército y no se atiendan estas demandas? En cualquier caso, negociemos, lleguemos a un punto intermedio. No se nos puede decir que ‘no’ constantemente a nosotros mientras se dice que sí a Ciudadanos, PNV, Bildu y Coalición Canaria. Me parece injusto, máxime teniendo en cuenta que hemos sido entusiastas con la defensa de este Gobierno. Ya sé que tengo un solo voto, pero ese voto hizo presidente a Pedro Sánchez.

P: ¿Qué explicación le dio el Gobierno para desoír sus propuestas?

R: Nos dicen que estamos mejor que otras comunidades autónomas. Pero, a la par, no nos dejan pasar de fase. ¿Qué sentido tiene? Si vas a repartir ese dinero dejando a los que partimos de una situación inferior en peor panorama, se están repitiendo los mismos errores que con el reparto de financiación.

Tenemos menos recursos para luchar contra una misma crisis. Sinceramente considero que mis reivindicaciones estaban cargadas de razón. Siempre hemos dado nuestro voto a cambio de nada. Para una vez que hemos querido negociar, se nos ha tratado de una forma inexplicable.

P: “No entiendo su posición”, le espetó Pedro Sánchez.

R: Yo no entiendo a Pedro Sánchez ni al PSOE. Tienen 120 votos. Para gobernar necesitan socios, que no se les olvide. Parece que ellos pueden tener toda la legitimidad del mundo para pactar con quien quieran mientras nosotros tenemos que votar “sí” de forma obligada.

Yo estaba defendiendo en el Congreso lo mismo que defienden Ximo Puig y Podem en Les Corts Valencianes. ¿Por qué en lugar de dirigir esa crítica hacia mí no la dirigen a sus cúpulas de Madrid para que se pueda hacer justicia y paliar la situación de desventaja que tenemos los valencianos?

Cuando Pedro Sánchez me dijo que no me entendía, yo veía la misma cara que ponía Mariano Rajoy. No entienden que alguien represente a los cinco millones de valencianos, luchando para paliar un conflicto de infrafinanciación reconocido por todos: lo reconoció Sánchez y lo reconoció Rajoy, lo reconoció Montoro y lo reconoció Montero. Pero nadie hace nada para solucionarlo. Compromís no ha venido para ser la muleta de nadie.

P: ¿Cómo recibe las críticas? Son muchos los que están atacando su voto en contra del pasado miércoles.

R: Me están atacando por defender lo que el PSOE valenciano defiende. Lo que Podem defiende. Si es legítimo pactar la Reforma Laboral, las elecciones vascas o que el Congreso habrá en julio, ¿cómo no va a ser legítimo que yo reclame los fondos necesarios para dotar al sistema sanitario de recursos?

P: Haciendo un poco de autocrítica, y por cuestiones estrictamente aritméticas, ¿por qué Compromís no es capaz de transformar el voto municipalista en voto hacia su proyecto a nivel nacional? ¿Es un problema cultural?

R: Probablemente nos faltaba este ‘no’. Debemos perder el miedo a decir “o ustedes se portan igual con nosotros que con el PNV o dejaremos de apoyarles”. El voto gratuito de Compromís se ha acabado.

P: Ya son dos las votaciones en las que el Gobierno depende de los 10 diputados de Ciudadanos. Explican que estamos en una situación excepcional y que hay que ser capaces de construir pactos transversales, pero ¿se está dejando de escuchar las demandas de aquellos que han sustentado al Gobierno desde la moción de censura?

R: Rotundamente, sí. Cada semana el Gobierno pierde apoyos que hicieron posible la investidura y que pueden hacer posible una legislatura progresista. Es temerario lo que está haciendo el Gobierno, dejando caer alianzas fiables como la de Compromís. Juegan con fuego. Espero que rectifiquen después del desastre de estos dos últimos días. Tiene tiempo, margen y nuestras propuestas son razonables. Es momento de que el Gobierno recomponga esa mayoría progresista que le permitirá sacar adelante leyes que no saldrían con Inés Arrimadas.

P: ¿Está la legislatura en juego?

R: Si la derecha huele la sangre incrementará su presión y hará caer al Gobierno. Yo si fuera Pedro Sánchez recompondría las alianzas que le hicieron posible llegar a Moncloa. Nos jugamos tanto que no podemos retroceder. Hay que mimar la mayoría progresista porque la legislatura está en juego. Cuando la derecha gobierna no le tiembla la mano para reducir derechos sociales. Los socios del Gobierno están a la izquierda.