En plena crisis sanitaria por el coronavirus, el Ministerio del Interior se ha visto obligado a reforzar la vigilancia policial en las casas particulares de varios ministros del Gobierno de España. Fuentes de Interior han confirmado a ElPlural.com que el objetivo es evitar el “acoso” que algunos miembros del Ejecutivo sufren por parte de los ultras.

Cabe recordar que los escraches han llegado a la casa del vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias, y la ministra Irene Montero en Galapagar, donde los manifestantes realizan una cacerolada que pasa por el exterior de su vivienda. Protestas que, tal y como informó este periódico, también se han trasladados a la residencia del ministro José Luis Ábalos después de que en el programa de Youtube de Javier Negre se mostrasen fotografías del inmueble.

Además de las casas, Interior tendrá que mantener la presencia policial en varios puntos de la geografía española donde decenas de ciudadanos de derechas se concentran a diario para realizar “caceroladas”, defendidas por el PP y Vox, contra la gestión del Gobierno de coalición durante la crisis de la COVID-19.

Uno de los puntos “vigilados” es Ferraz donde está la sede del PSOE, y donde en los últimos días también se han producido protestas. Además, fuentes del Partido Socialista reconocen a este periódico que muchas de sus sedes han sufrido ataques en los últimos días.

Pablo Iglesias avisa preocupado

Este martes,  Iglesias ha avisado de que si se generalizan protestas como la que estos días están llevando a cabo "gente de derechas" contra algunos miembros del Ejecutivo, como es su caso, frente a sus domicilios, no se sabe "donde pueden acabar", y lo próximo pueden ser concentraciones "de gente de izquierdas" frente "al apartamento" de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, o la casa del líder de Vox, Santiago Abascal.

"Hoy es gente de derechas manifestándose en la puerta de mi casa. Mañana puede ser gente de izquierdas manifestándose en frente del apartamento de Ayuso, de la casa de los Espinosa de los Monteros o de Abascal", ha advertido en una entrevista en laSexta, en la que ha señalado que en lo que a él respecta, no se queja, porque "a la política hay que venir llorado de casa".