Además de por su buena gestión en Europa en tiempos difíciles, Pedro Sánchez y su Gobierno pasarán a la historia de este país por haberse preocupado de enfrentar la desigualdad y la pobreza con medidas económicas y sociales, algo que no se había hecho y que solo se podía plantear desde un gobierno progresista. Frente a la caridad que despliegan distintos sectores como instrumento de alivio del hambre, el ejecutivo de coalición quiere partir de una base económica que sirva para que las familias en mala situación puedan levantar cabeza. Ese es el objetivo del Ingreso Mínimo Vital que se pone en marcha este primer día de junio para dar un respiro a miles de ciudadanos.

“Lo más importante es llegar al máximo de personas en el tiempo mínimo posible”, afirmaba contundente ayer José Luis Escrivá, ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, entrevistado por la periodista Ana Pastor en El Objetivo de la Sexta. El sistema se basa en un acuerdo conjunto con los entes autonómicos estableciendo un mínimo de 462 euros que se incrementa “según la tipología de cada hogar”. El ministro explicó que el último cinturón de seguridad estará a cargo de las Comunidades Autónomas, que resolverán cómo complementar con sus propias prestaciones estos ingresos básicos y establecerán la prioridad. Sobre diferentes peticiones de comunidades de gestionar directamente esta medida, al igual que lo hará el País Vasco -que según el ministro, “tiene una singularidad clara”-, Escrivá puso por delante que la prioridad es arrancar cuanto antes y de manera muy rápida, sabiendo que la Ley dispone cómo podrán intervenir las autonomías.

Dicho de otro modo, vamos a lo que vamos, sin discusiones y luego ya modificaremos lo que sea necesario. La intención tras la publicación este lunes en el BOE es que los interesados puedan solicitar las ayudas a partir del día 15 de este mes. Hablamos de 850.000 hogares, lo cual supone una auténtica revolución en la lucha contra el ahogo que sufren tantos compatriotas quienes en muchos casos hacen cola para obtener comida a pesar de haber realizado una jornada laboral completa. Tal es la precariedad de empleos y salarios a que nos abocó la crisis de 2008, y la reforma laboral del Partido Popular. Escrivá lo expresó con total claridad: “No solo se trata de completar una prestación de una renta, sino intentar que haya una transición a mejor en la sociedad".

Esa es la diferencia entre los políticos que buscan el bienestar social y los que responden a los intereses económicos de aquellos poderes fácticos que les respaldan: poner a los ciudadanos, a los que se deben, por delante de ninguna otra consideración. Por ese quieren echar a Sánchez de Moncloa, como sea… Para seguir repartiendo a su gusto.

Enric Sopena es Presidente Ad Meritum y fundador de ElPlural.com