El secretario de Estado de Comercio de España, Jaime García-Legaz. EFE

 

 


Francisco Nicolás Gómez Iglesias tenía 18 años en 2012 cuando campeaba a sus anchas por el despacho del secretario de Estado de Comercio, Jaime García-Legaz, con quien mantenía una estrecha relación. Allí, participaba en reuniones con empresarios, con concejales madrileños, en las que se hablaba de permisos de licencias y negocios multimillonarios. El joven también estuvo en el Ayuntamiento de Madrid, que dirige Ana Botella, en reuniones en los que se trataron asuntos relacionados con “cambios normativos”. Tanto el secretario de Estado como el Consistorio lo confirman ahora, después de haberlo negado inicialmente con contundencia.

Los tocados
El escándalo es mayúsculo y desborda a García-Legaz, Ana Botella y a algunos cargos del Ayuntamiento de Madrid, especialmente al concejal de Chamartín, Luis Miguel Boto, y al actual edil de Seguridad y segundo teniente de alcalde del Ayuntamiento de Madrid, Enrique Núñez, que cuando se realizaron aquellos encuentros era delegado del área de Economía. Salpica, además, al propio ministro de Economía, Luis de Guindos, porque García-Legaz es su subordinado y porque las reuniones tuvieron lugar en el Ministerio, donde se ubica el despacho de éste.

Negaron a ELPLURAL.COM vínculos con el pequeño Nicolás, y hubo amenaza de querella
Tanto desde la Secretaría de Estado de Comercio, como del Ayuntamiento de Madrid y de la junta del Distrito de Chamartín se negó de forma tajante a ELPLURAL.COM cualquier vínculo de los cargos citados con el pequeño Nicolás y, en particular, desde la Secretaría de Estado se amenazó con “actuaciones judiciales” si se relacionaba en informaciones a García-Legaz con el joven. Este martes, después de las entrevistas de Francisco Nicolás en los medios de comunicación, a las dos instituciones afectadas no les ha quedado más remedio que admitir los hechos, en el diario El Mundo, aunque siempre con salvedades para ‘salvar el pellejo’.

Reunión con el concejal de Chamartín ...
Según publica este martes El Mundo, el secretario de Estado de Comercio, Jaime García-Legaz, que fue secretario general de FAES durante seis años hasta 2010, se reunió el 20 de noviembre de 2012 en su despacho, en compañía del pequeño Nicolás, que entonces tenía 18 años, con el concejal del Distrito de Chamarín, Luis Miguel Boto, para hablar de “un tema relacionado con el club de campo de Madrid”, según ha reconocido el cargo madrileño.

... Y con el teniente de Alcalde Enrique Núñez
Tras aquella reunión, García-Legaz y el pequeño Nicolás recibieron en el despacho del secretario de Estado al entonces delegado del área de Economía y hoy responsable de Seguridad y segundo teniente de alcalde del Ayuntamiento de Madrid, Enrique Núñez. El secretario de Estado confirma ahora que la reunión trató sobre la nueva normativa para zonas de gran afluencia turística. Por su parte, Boto confirma que coincidió “unos minutos” en el despacho con Núñez.

El 23 de enero de 2013, Enrique Núñez, ya como concejal de Seguridad y responsable de la Agencia de Gestión de Licencias de Actividades, regresó a la Secretaría de Estado de Comercio, donde se volvió a reunir con García-Legaz y el pequeño Nicolás.

 

 

 

Francisco Nicolás Gómez Iglesias, fotografiado en FAES junto a Ana Botella. (Imagen subida a su cuenta de FB)

 

 


Botella ahora confirma las reuniones en el Ayuntamiento
Las reuniones han sido confirmadas por el Ayuntamiento, que ha alegado que trataron sobre temas “relacionados con cambios normativos que se estaban produciendo en el Estado y que afectaban al Ayuntamiento”. El Consistorio lo ha admitido tras las declaraciones en ese sentido del pequeño Nicolás en los medios de comunicación. El Ayuntamiento de Ana Botella dice que “Nicolás nunca participó en el contenido de las reuniones”.

Reuniones con un magnate chino y con un empresario chantajeado
García-Legaz recibió, además, en su despacho, en compañía de Francisco Nicolás, a un empresario judío y al representante de un holding chino interesado en retomar el fallido proyecto de Eurovegas, un proyecto todavía en ciernes y del que, como se explica más adelante, pende la cabeza del secretario de Estado. También, al propietario del mercado de La Isabela, Carlos Zapata, a principios de 2013. El secretario recibió a este último empresario a solicitud del pequeño Nicolás. Carlos Zapata ha contado que el joven le ofreció ayuda de García-Legaz para conseguir la licencia de la terraza de su mercado.

 "Jaime" iba a hablar con "Botella" para arreglarle los papeles
Según ha dicho, fue al Ministerio “para arreglar” sus “problemas municipales” y que “Jaime” le dijo que “había estado con Botella ese mismo día y que al día siguiente tenía una comida con ella para solucionar mi asunto. El expediente municipal de mi negocio estaba en la mesa de su despacho cuando llegué”.

Nicolás le pidió 200.000 euros por el apaño
De acuerdo con el relato del empresario, cuando salió de la reunión con García-Legaz, Francisco Nicolás le exigió 200.000 euros y la explotación de la terraza del mercado durante cinco años a cambio de arreglarle los papeles.

El comisario de la Policía no actuó
Meses después, el mercado fue cerrado, pero el empresario no denunció el chantaje del joven. ¿Por qué? Acudió a la Comisaría de Chamartín a denunciarlo, pero el comisario no actuó y le sugirió que se pusiera un micro para tener pruebas de los hechos. Una idea que al empresario no le gustó.

De Guindos, maniatado por Rajoy
García- Legaz ha confirmado la reunión con este empresario en su despacho, pero se ha justificado con que sólo hablaron del proyecto de Zapata para abrir mercados fuera de España. Asimismo, se ha desvinculado de los chantajes del pequeño Nicolás, alegando que desconocía que pidiera dinero a cambio de las reuniones con el secretario de Estado.

En medio de todo el escándalo, está el titular de Economía, Luis de Guindos, en una posición más que incómoda. Según adelanta El Semanal Digital, el ministro, que anunció que llegaría hasta el final, “caiga quien caiga”, está preso de una macro operación multimillonaria con el empresario chino Wang Jianlin, del que se ha hablado anteriormente,  para construir una ciudad de ocio en el sur de Madrid. Una operación en la que tiene empeño el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, porque demostraría la confianza en la tan vendida “recuperación” de la economía española. Un dulce caramelo del que pende el futuro inmediato de García-Legaz.