En los planes de la Fiscalía del Tribunal Supremo no entra citar a Don Juan Carlos como investigado tras sus regularizaciones fiscales, según desvela La Razón a través de fuentes de la investigación sobre la fortuna del ex monarca en Suiza. Su comparecencia estuvo sobre la mesa, pero se descartó al considerar que su testimonio no añadiría datos relevantes.

El Ministerio Fiscal tiene abiertas cuatro líneas de investigación sobre los fondos del Emérito en el extranjero. La primera la inició la Fiscalía Anticorrupción y se analizan las consecuencias penales que podría tener el cobro de 64,8 millones de euros por parte de Juan Carlos I y procedentes de Arabia Saudí.

Por otro lado, Hacienda estudia si los fondos constituyeron una comisión cobrada por el Emérito como contrapartida a su intermediación en la adjudicación del proyecto del AVE entre las ciudades de Medina y La Meca. Sin embargo, según publicó La Razón, Anticorrupción deslizó que no se podía concluir si esa cuantía de dinero fue o no una prima por su intercesión en la operación.

Las investigaciones, que tienen como eje el cobro y donación en 2012 a Corinna Larsen del dinero saudí, se iban a dar por concluidas tal y como anunció la fiscal general del Estado, Dolores Delgado. Sin embargo, las pesquisas se mantienen abiertas a pesar de que estas operaciones se corresponden al periodo de Juan Carlos I como Jefe del Estado. Es decir, cuando estaba protegido por la Constitución.

El coronel del Ejército del Aire

La segunda de las acciones que tiene abierta la Fiscalía del Tribunal Supremo sobre el Emérito busca esclarecer si se incurrió en un delito al pagar, con tarjetas de crédito, en torno a 1,2 millones de euros con fondos del empresario mexicano Allen Sanginés-Krause.

Los avances en la investigación desvelan que el ex monarca utilizó como intermediario en esta operación al coronel del Ejército del Aire y amigo personal, Nicolás Murga. Los abonos se produjeron entre los años 2016 y 2018, cuando Juan Carlos I ya carecía de la inviolabilidad que le otorga la Constitución como Jefe del Estado.

A las pocas semanas de que se conociera esta línea de investigación, el Emérito abonó 678.393 euros a Hacienda con el fin de regularizar su situación tributaria y, así, evitar una más que posible acusación por delito fiscales.

Los diez millones de Jersey

El Ministerio Fiscal fue alertado por el Servicio de Prevención de Blanqueo de que Juan Carlos I sería el beneficiario de una empresa que ocultaba diez millones de euros y desde la que se detectó una transferencia sospechosa. Esta constituye la tercera vía de investigación y la menos conocida por la opinión pública.

El pasado mes de febrero, Juan Carlos I volvió a regularizar su situación con el fisco, abonando una cuantía de 4,4 millones de euros para sortear acusaciones por delitos de índole fiscal y que, a la postra, sirvió como acicate para poner sobre la mesa la cuarta operación bajo sospecha.

En este caso, los investigadores estudian si el Emérito disfrutó de viajes, por valor de ocho millones de euros, sufragados por la Fundación Zagatka. La organización en cuestión fue creada en 2003 en Liechtenstein por Álvaro de Orleans-Borbón, primo lejano de Juan Carlos I.

Según el testimonio de Álvaro de Orleans ante la Fiscalía del país helvético, éste instó a su primo a que reembolsara los gastos después de enterarse de que Corinna Larsen se habría beneficiado del dinero de la fundación en estos viajes. Desde Suiza se informó a las autoridades judiciales españolas de que el 4 de enero de 2011 se transfirió una suma de 2.867.772 millones de euros a una cuenta de Zagatka.

De Orleans, a través de un comunicado, negó con rotundidad que actuara como “testaferro” o “fiduciario” de su primo. En agosto de 2019, la Fiscalía de Ginebra puso en conocimiento de la Audiencia Nacional que la Fundación Zagatka ingresó una cantidad próxima a los diez millones de euros desde 2008.

Vínculos entre Zagatka y el empresario mexicano

Las investigaciones de la Justicia suiza han hallado relación entre los cobros realizados por la Fundación Zagatka y las pesquisas que estrechan el cerco sobre Sanginés-Krause. La Fiscalía del país reveló que una empresa mexicana vinculada con la constructora Huarte – que acabaría integrándose en OHL – habría entregado en 2009 un total de 3.347.558 millones de euros a la organización de Álvaro de Orleans por su intermediación en una operación de carácter inmobiliario en México.

En 2018, la constructora vendió una parte de la misma por un valor cercano a los 100 millones de euros, cuyo comprador sería, según El País, Sanginés-Krause.