Juan Carlos I habría fraguado su fortuna con la venta de armas a países árabes, según adelantaba este domingo el diario Público. El supuesto fraude se habría llevado a cabo junto al que fue su administrador privado, Manuel Prado y Colón de Carvajal y a partir de la empresa Alkantara Iberian Exports.

El medio mencionado sitúa el comienzo de los hechos en 1977, cuando el ahora rey emérito nombra a éste senador y "administrador solidario al 50% de todos sus negocios". Por aquel entonces, el monarca negocia la creación de una empresa conjunta con el país saudí para canalizar, supuestamente, el comercio entre los dos territorios.

El príncipe Fahd- "en aquel momento hombre fuerte del régimen teocrático del rey Jaled, sucesor de Faisal", nombra al magnate Adnan Khashoggi delegado de la empresa por el lado saudí, mientras que don Juan Carlos nombra a Manuel Prado presidente de la compañía.

La parte española de la empresa es financiada, según refleja Público, con fondos públicos: "El Instituto Nacional de Industria (INI) pondrá un 25% y Focoex el otro 25%". Asimismo, el medio señalado explica que Alkantara Iberian Exports queda fuera del control fiscal de Hacienda porque se constituye en Londres y no en Madrid o Riad, el 6 de julio de 1978. 

"Material clasificado"

En los años posteriores todas las operaciones de ventas de armamento y material militar se constituyen como "asuntos, actos, documentos, informaciones, datos y objetos cuyo conocimiento por personas no autorizadas pueda dañar o poner en riesgo la seguridad y defensa del Estado",y son consideradas "material clasificado". Así lo recoge el artículo 2 de la ley 9/1968 de 5 de abril sobre secretos oficiales. Una ley que aún hoy sigue vigente "e impide obtener los documentos de esos contratos gestionados por Alkantara".

Adnan Khashogg y Manuel Prado registrarían después la empresa en Chipre para escapar así del control tanto del gobierno español como saudí.

Cantidades millonarias

El Ejecutivo elabora con Felipe González como presidente su primer informe sobre las empresas más importantes de venta de armas españolas que liderará Alkantara Iberian Exports, aunque el propio Gobierno reconoció no saber cuál era el destino final de las exportaciones de material bélico.

Manuel Prado intenta ocultar sus actividades lucrativas y funda la compañía Trébol S.A. desde donde presuntamente evadió fiscalmente los beneficios del holding manteniendo lazos con la Casa Real.

En 1984 la compañía armamentística "es ya la mayor exportadora de armas de España y su mejor cliente acaba siendo Egipto". Sin embargo, el país suspende pagos "en plena crisis financiera internacional y nunca devuelve aquellos créditos en España". Mientras tanto, y según el artículo de Público, las empresas implicadas cobran la "totalidad del facturado", mientras que los responsables de la compañía española-saudí "se embolsan sus comisiones millonarias íntegras, a cuenta de estos préstamos del Estado”.

La empresa es disuelta finalmente en 1990 después de que un año anterior saltara el escándalo por imputación de Khashoggi por vender armas a Irán para financiar la Contra Nicaragüense.

Durante el tiempo que estuvo en activa, la compañía logró cantidades desorbitadas de dinero por la venta de material armamentístico. Entre ellas Público destaca "la mayor venta de armamento del Gobierno español a Marruecos de la época" en la que las comisiones que se reparten los mediadores alcanzarían los 12.500 millones de pesetas.