No había intenciones de presentar una moción de censura. Al menos ese era el relato que se ha diseminado desde Génova según salió la propuesta de la boca de Santiago Abascal y de Inés Arrimadas. Sin embargo, este martes, el líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, ha admitido en Es la mañana de Federico, que sí contactó con los grupos minoritarios de la Cámara para tomarles el pulso. El acercamiento se resolvió con una negativa contundente por parte del grueso de formaciones, a excepción de Foro Asturias y de los dos ex diputados de UPN adscritos al Grupo Mixto, que trasladaron su apoyo al líder gallego.

Durante la charla con Federico Jiménez Losantos, el gallego admitió que, pese a no sustentar la idea de Abascal de la moción de censura, sí tomó el pulso a los partidos minoritarios de la Cámara Baja. Feijóo quería conocer el posicionamiento de estos, pero “todos dijeron que no”, a excepción de los ex diputados de UPN, Carlos García Adanero y Sergio Sayas, y el de Foro Asturias, Isidro Martínez Oblanca.

Desde el principio, Feijóo ha optado por mantenerse prudente con respecto a una moción de censura. Los cantos de sirena llegados desde su izquierda y su derecha se aplacaban con el argumento de que supondría un aliciente para Pedro Sánchez, en lugar de un instrumento de desgaste, como lo consideran en Ciudadanos y Vox. Posicionamiento que ya adoptó el Partido Popular con Pablo Casado al frente y que, ya con el gallego en la planta séptima, han reiterado como respuesta a las constantes peticiones de Vox.

A raíz de la reforma del Código Penal, la derecha ha elevado el tono hasta convertir la crítica política en la deslegitimación frontal del Gobierno de Sánchez. Por ello, Abascal y Arrimadas -en plena guerra civil con Edmundo Bal-, han extendido al Partido Popular la posibilidad de censurar al Jefe del Ejecutivo y proponer un candidato de consenso y “desconocido”. El partido ultra asegura que ha tocado algunos palos, incluyendo los conocidos de Rosa Díez, Joaquín Leguina o incluso Carlos García Adanero, uno de los diputados de UPN expulsados de la formación de la foral.

Feijóo ha hecho frente a esta vía desde la prudencia, trasladando públicamente que tomará una decisión respecto al sentido del voto en el momento en el que conozca ese nombre que aglutine sensibilidades en el flanco diestro del Parlamento. No obstante, por el momento lo despacha como “política ficción”, desdeñando la posibilidad de que un grupo presente una moción “con un candidato desconocido y sin experiencia de Gobierno”.

El líder de la oposición ha justificado que una moción contra Sánchez reforzaría “una victoria parlamentaria” del presidente del Gobierno. Una estrategia para la que el gallego ya ha avanzado que no prestará sus votos porque “perjudica a mi país”. De este modo, pese a tomar el pulso a los grupos minoritarios, ha descartado presentar una moción con él como candidato, tal y como reclamaron en un principio Arrimadas y Abascal.

En la cena de Navidad de la sucursal conservadora en Madrid, Feijóo advirtió del “inmenso error” que supondría impulsar una moción de censura contra el jefe del Ejecutivo, pues entiende que contribuiría al “blanqueamiento” de su gestión. De hecho, el líder de la oposición dio un paso más allá y calificó la acción de la coalición como “basura política”.

Sobre estos términos ha navegado Feijóo también en la entrevista con Losantos, incluso ha cuestionado la estrategia de la formación ultraconservadora, a los que achaca que no han presentado “ni una sola enmienda” a los Presupuestos Generales del Estado. En este sentido, recordó que su grupo presentó más de 2.000, así como los insultos que le profirió Abascal cuando este estaba al frente de la Xunta de Galicia. El líder de la extrema derecha calificó entonces al gallego como un “nacionalista peligroso”. No obstante, pese a los roces pretéritos, celebra haber conocido la otra cara del líder de Vox, por el que siente “respeto” pese a disentir en el “proyecto para España”. “Tenemos dos partidos claramente distintos, pero yo voy a pedir el voto a los militantes de Vox, como es lógico”, puntualizó.