Inmigrantes de origen subsahariano intentan saltar una valla fronteriza. EFE

 

 


El secretario general de la Unión de Guardias Civiles, Ramón Rodríguez, ha considerado que la destitución del jefe de la Guardia Civil en Ceuta, Andrés López García, ha sido una decisión “tardía”, pero positiva, no solo por su responsabilidad en los sucesos de febrero pasado, cuando 15 inmigrantes murieron mientras intentaban alcanzar a nado la playa del Tarajal, sino también porque se trata de un alto cargo sobre el que su organización ha recibido “muchas quejas” por su gestión. “Había un malestar generalizado entre los guardias civiles” por “sus amistades peligrosas en Ceuta, sus vínculos con determinados empresarios y presunto cobro de comisiones”, aunque “son extremos que no podemos confirmar aún”.

Ocultó los disparos con pelotas de goma
Al teniente coronel Andrés López García se le responsabiliza de ocultar que se dispararon pelotas de goma al mar. Según adelanta El Mundo, ha sido trasladado a Sevilla como castigo, aunque no fue el único que negó los disparos en febrero; también lo hizo el director general de la Guardia Civil, Arsenio Fernández de Mesa. Más tarde, el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, admitió que sí se habían usado. Las contradicciones de los altos mandos provocó que fuerzas políticas exigieran la dimisión de Fernández de Mesa y Fernández Díaz.

Respeto por las decisiones judiciales
Sobre los sucesos de febrero, el secretario general de la Unión de Guardias Civiles ha dicho que “todo apunta a que hubo unas agresiones de la Policía marroquí en presencia de guardias civiles, pero desconocemos los detalles, en cualquier caso –añade- es un tema que está actualmente en manos de la Justicia y ante todo, nuestro respeto ante las actuaciones judiciales, que se diriman las responsabilidades”.

Los guardias civiles no tienen los medios adecuados frente al ébola
Preguntado por la crisis de los últimos días en Melilla con la avalancha de inmigrantes, Ramón Rodríguez ha insistido en las denuncias que la Unión de Guardias Civiles han hecho recientemente, a raíz del brote del ébola. “Esta enfermedad está jugando a la ruleta rusa. Se nos ha acusando de provocar alarma social, pero estamos lo que es una realidad: los guardias civiles que trabajan en tierras africanas y en las cosas españolas no tienen los medios adecuados para prevenir el contagio, y siguen sin ponerlos”.

Se exponen a la enfermedad y regresan junto a sus familias
“Tenemos una honda preocupación en los compañeros de Ceuta, Melilla, Senegal y otros países del África occidental, en los servicios marítimos de Canarias y Andalucía, en puertos y aeropuertos. Se está trabajando con un protocolo de marzo o abril en el que se habla sobre la exposición y el uso de guantes de plástico y mascarilla de cartón, que son claramente insuficientes”, explica el secretario general de la Unión de Guardias Civiles, que advierte de que estos guardias civiles terminan su trabajo y regresan a casa con sus familiares, exponiéndoles.

Ha habido dinero para repatriar a una persona
“No entendemos que haya suficiente dinero para repatriar a una persona y no hay dinero para dotar a los guardias civiles para que puedan seguir haciendo su trabajo. Otros Cuerpos sí lo hacen, como es el caso de Salvamento Marítimo, afirma Rodríguez.