La tensión en el CNI y en el Ministerio de Defensa sigue en aumento. La directora del CNI, Paz Esteban, ha admitido el espionaje y Moncloa se ha desligado poniendo contra las cuerdas a Margarita Robles, pero detrás hay más personas. Esteban ya trabajó en el gabinete de su antecesor, Félix Sanz Roldán, y la actual directora de comunicación fue jefa de prensa de Soraya Sáenz de Santamaría.

Sonia Sánchez Mula fue nombrada en 2018 nueva directora de comunicación del Centro Nacional de Inteligencia. Fue jefa de prensa de Sáenz de Santamaría tanto durante el proceso de primarias del Partido Popular como en la etapa en la que esta permaneció en la vicepresidencia del Gobierno. Antes de ello estuvo en el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, donde hasta 2015 ejerció como jefa de prensa de Federico Ramos de Armas, secretario de Estado de Medio Ambiente y que luego pasó a ser subsecretario de Presidencia del Gobierno.

La actual directora de comunicación del centro, además de ser directora de comunicación de la exvicepresidenta del Gobierno Soraya Sáenz de Santamaría, fue una de las personas más próximas a la que entonces era máxima responsable política del servicio de Inteligencia. A su vez, Paz Esteban, actual directora del CNI, con 40 años de servicio en el centro, fue jefa de gabinete de su antecesor, Félix Sanz Roldán.

Sánchez Mula se licenció en Ciencias de la Información en la rama de Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y también fue editora de informativos en la extinta Punto Radio, directora de musicales en Europa FM y locutora de Onda Mini.

Tensión en el CNI y el Gobierno

La actual directora del Centro Nacional de Inteligencia, Paz Esteban, ha acreditado ante los portavoces de los grupos parlamentarios las autorizaciones judiciales para investigar a personas del entorno del independentismo, entre las que se encuentra el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès. En este panorama, Moncloa se ha desligado de este espionaje admitido por el CNI poniendo contra las cuerdas a Robles.

El teléfono de Aragonès figura entre los pinchados por el CNI con autorización del magistrado del Tribunal Supremo encargado de controlar las actividades del servicio secreto que vulneran derechos fundamentales. Esto ha puesto en peligro la estabilidad de la legislatura y el president catalán ha exigido responsabilidades de quién pidió al juez esa autorización para espiarle.