El PP adelantó ayer, sin avergonzarse, que no iba a aceptar un pleno para debatir sobre la corrupción. Pero hoy tenían una quiebra en su política del avestruz: estaba previsto un pleno para hablar de la última cumbe de Europa, y los grupos de oposición, todos uno tras otro, excepto, paradójicamente, o no, CiU, no han desaprovechado la ocasión para restregarle por la cara el tema del que Rajoy y los suyos quieren huir.

Quizás el más 'florido' de todos en sus ataques ha sido Cayo Lara, que ha encontrado todo tipo de metáforas y figuras literarias para exponerle el hartazgo de la población y de la clase política ante su negativa a afrontar los problemas de la corrupción que acosan a todos, pero especialmente al partido del Gobierno.



"Le salen más corruptos que cuestas hay en Toledo",  le dijo el portavoz de izquierda Plural al presidente del Gobierno. E irónico siguió: "Van a tener que llevarse la sede del PP a la Audiencia Nacional". Para negarles a continuación cualquier credibilidad en la regeneración y la transparencia: "los ciudadanos no se merecen seguir aguantando esta lacra, esta basura (...) están hasta los mismísimos de ver como algunos se lo llevan crudo y unos sinvergüenzas se enriquecen sobre los demás".

Y consecuente con este discurso, Cayo Lara, después de recordarle a Rajoy sus complicidades como el famoso "Luis aguanta", y el apoyo a Camps, "Paco, estamos contigo delante, detrás, pero contigo", ha acabado pidiendo a Rajoy que corte por lo sano, "deje de mirar para otro lado y enfréntese de una vez a la corrupción" y "emule a Estanislao Figueas, reúna a su comité ejecutivo y dígales señores, voy a serles franco: estoy hasta los cojones de todos nosotros, dimita, disuelva las cámaras y convoque elecciones".