El Gobierno se divide entre dos frentes a menos de un mes de la celebración de la Cumbre de la OTAN: por un lado, la parte socialista del Ejecutivo condena la acusación de prevaricación lanzada desde Podemos por la concesión “a dedo” de los 37 millones necesarios para organizar el encuentro; en paralelo, el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, ataca la línea de flotación del Consejo de Ministros poniendo sobre la mesa europea la evidente desunión entre socios y pidiendo a Pedro Sánchez que se abra a explorar nuevas vías para hacer de este cónclave un éxito internacional para nuestro país, máxime en un momento tan importante para la Alianza Atlántica y la Unión Europea en su necesidad de no fisurarse en la respuesta a la invasión rusa.

“Debemos demostrar que somos un socio fiable”, reconocían fuentes de Moncloa de forma previa a la presentación de la Cumbre de Madrid que tuvo lugar este lunes en la capital española. Un ejercicio de altura que, sin embargo, se vio empañado por aquellos que no quisieron ser partícipes del acto: los ministros de Podemos decidieron no acudir, e incluso Yolanda Díaz, escudera del Gobierno y perfil bajo en sus ataques al presidente, decidió ausentarse escudándose en una cita médica.

La pretendida fiabilidad de Moncloa, de esta forma, se ha visto contrarrestada por la dureza de las críticas provenientes desde Unidas Podemos: "Si nos dan a elegir entre multiplicar tanques y metralletas o contratar más profesores (...) Lo tenemos claro", declaraba el coportavoz de los morados, Javier Sánchez Serna, este mismo lunes. Este miércoles, tras 48 horas tormentosas en las que la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, y el titular de Consumo, Alberto Garzón, se han desvinculado de las graves acusaciones de malversación realizadas por Podemos, el núcleo duro de la formación morada insiste en las mismas tesis.

El argumentario es claro: más profesores y menos armas, más sanidad y menos gasto militar, más servicios sociales y menos conflictos. Bajo el paraguas del ‘no a la guerra’ que Podemos ya entonó cuando las tropas de Vladimir Putin pisaban suelo ucraniano, nada ha cambiado: “España se pliega a decisiones externas”, ha indicado Ione Belarra, ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030 y cara visible de las principales guerras internas entre bloques en el seno del Gobierno de coalición.

La estrategia de Génova

Frente a los problemas internos del Gobierno, donde el esfuerzo por reconducir las relaciones y escenificar unidad son sometidos al jaque de las réplicas que no cesan entre socialistas y morados, el PP trata de aprovechar en beneficio propio un momento de debilidad que puede auparles de cara a la Cumbre de Madrid. El propio Feijóo, en su presentación oficial ante los populares europeos, y tras mantener varios encuentros bilaterales con sus socios esta semana, se ha definido como el próximo líder del Gobierno español.

Además, ha pedido a los suyos en Europa que no desconfíen de España, que recuerden que este país cuenta con 48 millones de personas con un claro perfil europeísta dispuestos a defender las decisiones de la OTAN. Fuentes del entorno del presidente popular y líder de la oposición, de hecho, sostienen en declaraciones a ElPlural.com que en el Viejo Continente “confían en España pero no en su Gobierno”.

El propio Feijóo enviará en estos días -aún se desconoce la fecha exacta, explican estas mismas fuentes- un decálogo de ideas para reforzar la imagen de nuestro país en el exterior. El líder de los populares se lo hará llegar al presidente del Gobierno, aunque, desde su entorno cercano, reconocen a este medio que no tienen muchas esperanzas en que Sánchez se muestre receptivo con estas ideas: “Tenemos pocas esperanzas en la capacidad de alcanzar consensos por parte del presidente del gobierno, en éste y en cualquier tema. Por nosotros no va a quedar, pero entendemos que ahora esté liado despejando las acusaciones de prevaricación que Podemos le hace acerca de la organización de la cumbre de la OTAN”.