Toni Cantó ha reaparecido a escasas fechas de las elecciones en Andalucía y precisamente sobre ello se ha pronunciado en una entrevista concedida a La 2. El director de la Oficina del Español ha abogado por “normalizar” los gobiernos de Partido Popular y de Vox, refiriéndose a los ultraderechistas como una fuerza “constitucionalista” y, a su juicio, “bueno para España”.

El ex de Ciudadanos y ahora afín al Partido Popular se ha pronunciado de esta manera tras ser preguntado por los comicios del próximo 19 de junio en Andalucía. Cree que las aspiraciones de los conservadores pasan por constituir un Gobierno monocolor, aunque hace una llamada para “normalizar” los Ejecutivos de coalición de PP y Vox, sobre todo para “sacar al PSOE” de las instituciones.

En clave socialista, Cantó ha deslizado que, si “temen tantísimo” que la Junta de Andalucía la gobiernen populares y ultraderechistas, el PSOE debería abstenerse para, así, permitir un gobierno monocolor de los conservadores. De hecho, acto seguido, ha justificado que Vox es “bueno” para España, ubicándolo incluso en el espacio constitucionalista. Un espectro que, a juicio del director de la Oficina del Español, da pie a un determinado sector del electorado y, por supuesto, a acuerdos con el PP.

El castellano en Cataluña

Tras abordar el posible horizonte postelectoral andaluz, Cantó ha pasado al ataque con Cataluña. El ex de Ciudadanos ha lamentado que los alumnos catalanes no puedan estudiar un 25% de castellano, tal y como fija la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC). De hecho, apostilla que es un hecho “impensable” en cualquier otro país “del mundo”.

Cantó entiende más “eficiente” premiar que “castigar e imponer”. “Prohibir la educación en una lengua es malo”, ha destacado el director de la Oficina del Español, quien aboga por la “cohabitación” de las dos lenguas, aunque ahora mismo “no existe”. En este sentido, ha acusado a la Generalitat de “empobrecer” a los jóvenes catalanes si no se garantiza ese mínimo de castellano.

En último término, ha rechazado de pleno la ilegalización de fuerzas independentistas y ha propuesto hacer “lo que otros países europeos” están poniendo en práctica. Es decir, “poner un límite de un 5% de los votos” para tener representación en el Congreso, abandonando, así, el actual 3%.