La calima ha vuelto a tomar el control de los cielos diez días después de hacerlo por primera vez en casi toda la Península Ibérica. Las lluvias de barro y el cielo amarillo o anaranjado están de vuelta y esta vez las regiones bañadas por el Mediterráneo han sido las más afectadas: Murcia, Almería y Málaga han sido algunas de las mayores damnificadas, y la Comunidad Valenciana y Cataluña, esta última con menor intensidad, también se encuentran en riesgo de sufrir las peculiaridades de este fenómeno. Por otra parte, el interior peninsular también se ha visto afectado, especialmente en Castilla-La Mancha y Aragón.
La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) ha indicado que prevé que el aire siga llegando cargado de arena del desierto durante todo el fin de semana, con especial intensidad durante el viernes, en todo el tercio sureste peninsular y en Baleares. El viento polvoriento, acompañado de las precipitaciones que azotan todo el país, está provocando las ya famosas lluvias de barro que están ensuciando las calles españolas.
La presencia de las partículas en suspensión a causa del polvo dificulta la respiración y empeora la calidad del aire, especialmente en zonas como Cádiz, Málaga y Almería, todas ellas costeras, al estar más próximas al Sáhara. Se prevé que la calima se dirija hacia el noreste peninsular y se vaya aproximando al sur francés, a los Pirineos y a las islas de Córcega y Cerdeña a lo largo del fin de semana.
Ceuta y Melilla, por su ubicación geográfica, también se han visto fuertemente afectadas por este fenómeno y se espera para ellas la misma previsión que en la Península: especial intensidad durante el viernes que se irá diluyendo durante el fin de semana.