Joan Baldoví (Compromís) e Íñigo Errejón (Más País) harán campaña juntos para el 28 de mayo a la vez que la formación valenciana incluirá en la previa electoral a antiguos miembros de Podemos que hayan quedado descontentos tras su paso por el partido.

Además, ambos líderes, protagonistas de más de un encontronazo con el sector de Podemos dirigido por el otrora vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias, no descartan que Yolanda Díaz pueda acompañarles en algún acto a lo largo de la campaña. No obstante, por el momento la estrategia de la vicepresidenta descarta un movimiento de estas dimensiones, ya que el planteamiento de la previsible próxima candidata a la presidencia del Gobierno en las elecciones nacionales de diciembre es desmarcarse de todas aquellas candidaturas que no sean de consenso y aglutinen a todas las formaciones de la izquierda a la izquierda del PSOE. De este modo, la titular de Trabajo, al menos a priori, descartaría hacer campaña, por ejemplo, en territorios como Madrid o la Comunidad Valenciana donde, al menos, habrán dos candidaturas de izquierdas que ella pretende reunificar en su futuro proyecto.

Eso no evita que la hemeroteca sea caprichosa. Por el momento, hay más dudas que certezas detrás de Sumar -la plataforma con la que Yolanda Díaz pretende aglutinar diversas sensibilidades de la izquierda para concurrir a las elecciones nacionales-, pero, lo que sí está claro, es que Joan Baldoví y la vicepresidenta segunda se profesan una admiración mutua.

Sin embargo, y pese a los constantes capotes argumentales que hemos podido escuchar en esta larga travesía, la fórmula de Baldoví-Errejón en las próximas elecciones municipales y regionales pone a Díaz en un brete: ella, que sigue escuchando alternativas y manteniendo en el secretismo sus próximos pasos, es conocedora de las heridas existentes entre ambos mandatarios y el núcleo duro de lo que podría conocerse como el pablismo -el sector duro de Podemos-, por lo que un paso en falso en su labor de seducción y esucucha podría acabar con los puentes dinamitados.

Falta por ver si Yolanda Díaz cuenta con el ‘motor Podemos’. Desde la formación morada saben que es la mejor para capitalizar al electorado de la izquierda. La ministra mejor valorada y un perfil de consenso. No obstante, el ala dura de Podemos pide respeto; al igual que lo hacen Errejón y Baldoví.

"Hay que explorar muy seriamente una alianza"

Por su parte, en sucesivas entrevistas del máximo responsable de la formación valenciana, entre ellas una concedida a ElPlural.com, el diputado no ha cerrado incluir a Sumar en una ecuación en la que, eso sí, Errejón nunca se quedara por el camino. “Yolanda Díaz genera ilusión, y eso en política es muy difícil, y creo que desde Compromís y desde otras fuerzas hay que explorar el proyecto de Sumar siempre desde el absoluto respeto a la singularidad de los diferentes proyectos territoriales. Pero creo que para unas elecciones generales hay que explorar muy seriamente el proyecto de Sumar y una alianza con Yolanda Díaz”,  decía en unas declaraciones a este medio.

“Yo nunca abandonaré a Errejón. Seremos tres o más, en las relaciones polipolíticas, probablemente si se hace bien, sumar no es amontonar. Sumar, como en cualquier relación personal, supone un tiempo de conocernos y tener bien claro que nos tenemos que respetar. Entonces, y sólo entonces, seremos capaz de sumar”, añadía.

Experiencia Compromís-Podemos

Por el momento hay pocas evidencias de lo que hará Díaz, quien sabe que tiene una puerta abierta y ha dejado claras sus diferencias con el partido en algunas ocasiones y en determinados momentos, incluso con el propio Iglesias, ya fuera del partido. Pese a todo, la vicepresidenta segunda del Ejecutivo trata de trasladar una imagen de buena relación con la formación.

Con todo, los astros llevan tiempo alineándose para que la ministra de Trabajo se moje sobre el devenir de sus movimientos y si, como los grupos de rock, va completamente en solitario con Sumar y este pasa a ser algo más que un proyecto, o si mantiene el vínculo con Podemos. Sea como fuere, Valencia puede ser la base de algo, aunque no se sepa todavía muy bien de qué. No se puede pasar por alto, por otro lado, que Héctor Illueca -actual vicepresidente segundo y conseller de Vivienda- guarda una muy buena relación en lo personal y en lo profesional con la responsable de Trabajo.

Al maremágnum hay que añadir que la relación de Compromís y la formación socia del Gobierno de coalición en la Comunidad Valenciana no es la mejor. Ambos pelean por un electorado similar, y la experiencia entre los dos no ha sido demasiado positiva. La experiencia de acudir como uno a los comicios ya se dio en 2015 y resultó un éxito en términos generales -lograron nueve escaños en el Congreso- pero duró poco por la negativa de UP a permitir el grupo propio a Compromís cediendo uno de sus diputados. Las cosas han ido bastante mejor con Más País/Más Madrid y, sin cerrar la posibilidad con Sumar, se descarta la confluencia con Podemos de cara a las autonómicas y también con Esquerra Republicana (ERC), que sí negocia con los morados.

El escenario actual no impide que Compromís haya repescado a antiguos miembros de los morados, mientras que algunos ex llevan tiempo colaborando con la formación valenciana. Entre los nombres propios se encuentran el antiguo secretario general, Antonio Estañ, la exdiputada autonómica Sandra Mínguez, el exdirector de la Entidad Valenciana de Suelo y Vivienda (EVha), César Jiménez (ahora asesor de Vicent Marzà, cabeza de lista de Castellón y exconseller de Educación) o Jordi Peris, en su caso concejal morado por Valencia en Comú y con peso en la ciudad.