Va a ser una 'réplica del terremoto' que produjo con su intervención hace unas semanas. Fuentes próximas al expresidente José María Aznar, y que conocen el contenido del discurso del ahora 'disidente' líder del PP, han explicado a ELPLURAL.COM que su intervención va a estar "en la misma línea de lo que dijo en Antena 3".

Aznar junto a Zaplana...
Y ante la repregunta pidiendo precisiones, en esas mismas fuentes insisten con un mensaje que no lleva detalles, pero que resulta aclaratorio sin embargo: "va a seguir manteniendo sin moverse un ápice, las mismas líneas". Esta vez además, añade sal y pimienta al asunto quién será el presentador: Eduardo Zaplana, uno de los hombres que Rajoy dejó en el camino, pero que se encuentra muy lejos de estar 'muerto'.
 

Aznar, en un acto público con antiguos exministros de sus gobiernos, incluido Eduardo Zaplana. Foto Chema Garrido

 

 


Oficialmente, Aznar lo que hará será intervenir en una serie de conferencias sobre la Transición y los 35 años de la Constitución que organizó el Siglo XXI, ahora bajo la presidencia de Zaplana, a las que fueron invitados todos los expresidentes vivos (con la excepción por razones obvias de Suárez), y que hubieran hablado cada uno de una década: González de los años 80, Aznar de los 90 y Rodríguez Zapatero de la primera década del siglo XXI. González, que hubiera inaugurado el ciclo, se negó a intervenir porque lo previsto era que le hubiera presentado Pedro J. Ramírez. Pero el expresidente socialista siempre ha rechazado verse 'revuelto' en acto alguno con el director de 'El Mundo'. Zapatero intervendrá a finales de este mismo mes de junio.

Aznar y la rebaja de impuestos
De acuerdo a lo que nos dicen las fuentes consultadas, y que ya hace meses nos adelantaron la inminencia del estallido de Aznar, que luego se aceleró con la invitación a intervenir en la televisión de Planeta, el actual presidente de honor del PP volvería a respirar por sus dos grandes heridas abiertas en su relación con Marian Rajoy.

Por un lado lo que considera políticas 'infieles' con el ideario básico 'popular', que a través de FAES Aznar quiere seguir controlando y que están muy centradas, pero no sólo, en las políticas fiscales; ahora apoyado por el presidente del BCE, Mario Draghi, Aznar viene exigiendo una inmediata rebaja de impuestos.

Aznar 'el viejo PP', y Rajoy 'el nuevo PP', ecuación que molesta mucho al expresidente
Pero luego están las 'heridas' personales. Como hemos explicado en este periódico, Aznar considera que desde Génova y Moncloa no sólo no se le protege en el tema de los 'papeles Bárcenas', sino que se incentiva que se le ataque y se le responsabilice de las políticas de sobresueldos y pagos en B que se habría practicado desde su origen en el PP. Algo que se presenta, para su gran enfado, como el reflejo de la existencia de un 'viejo PP' donde estas prácticas eran habituales, y un 'nuevo PP' que habría acabado con ellas bajo la intervención de Rajoy y, en menor medida, Cospedal. Es lo que Botella dijo en una reunión del PP madrileño, y que no hacía sino reflejar lo que se piensa en el aznarismo: "ella ya sólo seguía en el partido para defender el legado de su marido".

Para añadir más guindilla al acto, como decíamos, está la presencia del introductor de Aznar, el presidente actual de Club Siglo XXI, Eduardo Zaplana, el que fuera portavoz de su último gobierno. Es sabido que los dos hombres mantienen una estrecha relación. Aseguran a este periódico que, en su calidad de anfitrión, Zaplana no dejará ningún 'mensaje' para la actual dirección 'popular', pero el exministro y expresidente de la Generalitat está muy lejos de ser un 'político muerto'.

Hace unos días, altos dirigentes socialistas especulaban para este periódico muy en serio con la posibilidad de que Zaplana fuera el 'tapado' que Aznar, ante la imposibilidad de su regreso, mantendría en la recámara. En círculos cercanos al expresidente de la Generalitat nos han negado cualquier verosimilitud a tal especulación, pero verlos juntos, sin duda, dará lugar a alguna foto que muy poco gustará en la calle Génova.