El Consejo de Ministros ha aprobado este martes el proyecto de Ley Integral de Garantía de las Libertad Sexual, más conocida como ley del ‘solo sí es sí’, que, entre otras medidas, castiga todo comportamiento sexual no consentido, aúna todos los delitos sexuales en uno solo de agresión y penaliza a los proxenetas. Este paso ha sido celebrado por las asociaciones y federaciones feministas, que lo consideran un gran avance contra los delitos que sufren las mujeres.

Gregorio Gómez, secretario de la Asociación Alma contra la Violencia de Género, destaca en declaraciones a ElPlural.com que desaparezca el término abuso y se considere todo ataque no consentido una violación. “Me parece un aspecto muy correcto porque la ley estaba amparando en estos momentos al delincuente. Creo que puede ser un gran avance”, explica. Aunque señala que “solo falta que se aplique”, ya que el problema “está en que la ley se hace, pero luego queda a interpretación de jueces y juezas”.

Ada Santana, presidenta de la Federación Mujeres Jóvenes, remarca en declaraciones a este medio que este texto es muy positivo para la sociedad, ya que viene a cumplir lo establecido en el Convenio de Estambul (sobre la prevención y la lucha contra la violencia contra las mujeres y la violencia doméstica), además de resolver uno de los grandes conflictos que se han generado en los últimos años.

Tiene una de las reivindicaciones principales que hemos hecho desde la Federación, que es el aglutinar los delitos de abuso y agresión sexual que tanta confusión han causado en diferentes sentencias que hemos visto en los últimos años, siendo probablemente la más destacada la de la Manada de Pamplona”, comenta Santana, añadiendo que consideran que se resuelve este tema de forma clara, además de incrementarse las penas en función de los agravantes o atenuantes dentro del delito.

Asimismo, la presidenta de la Federación señala que viene a cumplir con lo establecido en el Convenio de Estambul, ya que “la legislación vigente todavía tiene bastantes carencias e incumple en diferentes aspectos este convenio”. También pone en valor que sea una ley integral, “que viene a aportar no solamente medidas punitivas en el código penal, sino que también incluye ciertas garantías y medidas de protección”.

No obstante, Ada Santana señala que todavía queda por ver la partida financiera de esta ley, “porque de nada sirve el papel si luego no hay una partida presupuestaria que vaya a responsar todas las medidas” y critica que no se haya establecido un proceso participativo previo a la formulación del anteproyecto, por lo menos no consta así en la Federación Mujeres Jóvenes. “Hubiese sido positivo contar con entidades feministas que hubieran podido enriquecer el texto legal”.

Por su parte, Gregorio Gómez sentencia: “Parece que pasito a pasito vamos avanzando. Esto no quiere decir, como aprovecha el lobbi machista, para decir que hay que firmar un contrato antes. Todos sabemos lo que es un consentimiento o no y es una forma de proteger a las mujeres”. Así, recuerda que dentro de las víctimas de violencia de género, una amplia mayoría no son capaces de detectar como una agresión las violaciones que surgen dentro de la pareja: “Esta ley también sirve para despejar un poco esas dudas”.

El consentimiento expreso como eje vertebral de la ley

La ley del ‘solo sí es sí’, impulsada por el Ministerio de Igualdad de Irene Montero, tiene luz verde para ir al Congreso e iniciar el trámite parlamentario, aunque tras unos largos dieciséis meses de trámites y duros debates y enfrentamientos en el seno del Gobierno de coalición.

Este proyecto de ley mantendrá el consentimiento expreso como columna vertebral, para lo que se modifica el Código Penal. Asimismo, se unifica el abuso y la violación para materializar en la ley las demandas feministas tras la violación en grupo de la Manada en Pamplona a una joven, hace cinco años. El proxenetismo, el acoso callejero, la mutilación genital femenina o la violencia sexual ‘online’ -extorsión, acoso o pornografía no consentida- también se persiguen en este texto.

Además, esta ley ampliará en España el concepto de violencia sobre la mujer y se pasará a considerar violencia machista toda violencia sexual más allá del ámbito de la pareja o la expareja.

En cuanto a las penas, pese a que se aúnan los delitos, éstas no se endurecen. El consentimiento es el eje central de la norma y el objetivo que con ella se busca es dar a las víctimas una respuesta más amplia y acorde a las múltiples manifestaciones de violencias sexuales, desde las más leves a las más graves. Sin embargo, estos cambios no endurecen las penas ya existentes. Todo comportamiento sexual no consentido se tratará de violación y el delito se castigará con penas de prisión de entre cuatro y diez años, que podrán llegar a los doce si concurre un agravante.