Ni 48 horas después de que se conocieran los resultados de las elecciones generales de este 10 de noviembre, Pedro Sánchez y Pablo Iglesias han alcanzado un acuerdo para un Gobierno de coalición sin vetos, con el dirigente morado como vicepresidente del Ejecutivo. Un anuncio que ha sido celebrado por toda la izquierda en general.
Así, el líder de Más País, Iñigo Errejón ha señalado que "nunca es tarde si la dicha es buena". "Los españoles dieron una segunda oportunidad a un Gobierno progresista para hacer un país más justo", ha añadido. Asimismo, ha bendecido el acuerdo, y ha afirmado que trabajarán "para que sume mayoría".
Misma línea ha seguido el coordinador general de Izquierda Unida, Alberto Garzón, quien ha manifestado que "hoy es un día de reflexión". Por otra parte, ha agradecido "a toda la militancia que peleó" para que su formación pudiera llegar ahí. "Hemos demostrado que se puede", ha rematado.
Mucho más duro se ha mostrado el hermano de este, Eduardo Garzón, que ha acusado a Pedro Sánchez de convocar "elecciones para debilitar mucho a Unidas Podemos y bastarle así con el apoyo de Ciudadanos". Una "jugada", que a juicio del hermano del líder de IU, "le ha salido mal, y ya no le queda otra que ceder". "De paso, la extrema derecha más fuerte que nunca. Menuda irresponsabilidad", ha denunciado.
Más explícita se ha mostrado la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau: "Por fin, sentido común". "Frente al avance de los discursos de odio y la extrema derecha, era una obligación llegar a un acuerdo de gobierno progresista", ha escrito la primera edil de la Ciudad Condal.
Por su parte, el portavoz de Compromís en el Congreso de los Diputados, Joan Baldoví, ha hecho un llamamiento a la prudencia. "Ahora toca concretar", ha escrito en un mensaje en valenciano. No obstante, no ha tenido reparos en calificar el acuerdo como "una buena noticia para los que defendemos la política útil al servicio de las personas".
