Este miércoles, cuando se veía ya ante la inminencia de la apertura del juicio contra Carlos Fabra, sempiterno 'cacique' de Castellón, el presidente de la Audiencia Provincial, Carlos Domínguez, ha reconocido, por fin, que no puede juzgar a Carlos Fabra ya que mantiene con él una relación "afable, cordial y cortés". Explica el magistrado que con su decisión evita "la posibilidad de que los ciudadanos puedan dudar de que su participación en el juicio oral no fuera objetiva e imparcial". Lo cierto es que esta relación "afable y cortés" era conocida por políticos, medios de comunicación y ciudadanos en Castellón, y sólo faltaba ya que uno de ellos hiciera pública su amistad.

Amigos, no íntimos, pero si afables
La decisión la planteó Carlos Domínguez al Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana, que la ha aceptado y ha hecho pública las razones dadas por el magistrado. Según ha trascendido, en su escrito Domínguez viene a relativizar su amistad con Fabra: "nunca he tenido una amistad íntima con el acusado Carlos Fabra Carreras. Ni he estado nunca en su domicilio ni él en el mío, ni he invitado ni ha sido invitado a algún acontecimiento que suela identificar ese grado de amistad", pero sí que reconoce que el roce ha traído cariño: "durante los años en que ambos hemos ejercido nuestras respectivas responsabilidades, unos nueve años, incluso desde antes, es cierto que han sido numerosos los actos oficiales y sociales en que hemos coincidido. Este trato frecuente dio lugar a una relación afable, cordial y cortés".
 

Carlos Fabra en una foto de archivo. EFE

 

 


El magistrado en su escrito asume que es consciente de los rumores que su "relación afable, cordial y cortés" provocaba murmullos y comentarios. Y viene a decir que esa visibilidad que protagonizaban en actos oficiales "ha favorecido que haya sido exagerada por algunos medios de comunicación hasta el punto de que me han atribuido de forma reiterada una relación de amistad notablemente superior a la que realmente existe". Incluso se atreve el juez a tirar una piedra, aunque esconde la mano cuando rechaza ser lo que se insinúa "en palabras del portavoz provincial de una formación política de ámbito regional, el 'protector de Carlos Fabra'".

El Supremo tiró de las orejas a la Audiencia de Castellón
Pero lo cierto es que esta decisión del magistrado llega sólo unas pocas semanas después de que el Tribunal Supremo tirara de las orejas a la Audiencia de Castellón que preside Carlos Domínguez por utilizar "estrategias extemporáneas" para librar a Carlos Fabra del delito de cohecho en las investigaciones que lleva contra él el juez del Juzgado de Instrucción número 1 de Nules, Jacobo Pin.

El Tribunal Supremo, ante el que habían presentado recursos Abogacía del Estado, Fiscalía y la Unión de Consumidores de la Comunitat Valenciana por la decisión de la Audiencia de Castellón, dejó las manos libres para que el juez de Nules pudiera actuar con total libertad en la causa contra Carlos Fabra, en la que se le imputan delitos de tráfico de influencias, contra la Hacienda pública y cohecho.

Cohecho y fraude a Hacienda por encima de 1.300.000 euros
Una denuncia que viene arrastrándose por un largo y tortuoso camino, como les venimos informando, desde diciembre de 2003, cuando el empresario Vicente Vilar, presidente de Naranjex, acusó a Carlos Fabra, que entonces ejercía de presidente sempiterno de la Diputación de Castellón, de exigirle pagos millonarios para que mediara en su favor ante los ministerios del Gobierno Aznar. A partir de esta denuncia se acabó investigando a Fabra y su esposa por posibles irregularidades en sus declaraciones de renta a partir de 1999. En concreto, se informaba que el matrimonio podría haber defraudado por encima de 1.300.000 euros.

Aunque según la instrucción existían indicios determinantes de que Fabra medió con la Administración para agilizar la tramitación y obtención de las autorizaciones que necesitaba el empresario que le demandó, para sorpresa del juez instructor, abogado del estado y fiscal, la Audiencia de Castellón decidió que debía quedar "reservada para juicio" la acusación de cohecho e insinuaba que no era admisible "anticipar decisiones en ese momento procesal". Lo que vino a decir el Tribunal Supremo era que la Audiencia de Castellón con esta decisión  "cercenó de forma indebida las facultades de la acusación".

El reconocimiento del magistrado Carlos Domínguez de su relación "afable, cordial y cortés" con Fabra ha producido alivio en los medios periodísticos y políticos valencianos. Ximo Puig, secretario general del PSPV ha declarado que esta decisión viene a demostrar que "lo que decíamos los socialistas no estábamos tan locos..."