La bandera valenciana en un mitin del Partido Popular en la plaza de toros Valencia. La bandera valenciana en un mitin del Partido Popular en la plaza de toros Valencia.



El paro, la crisis económica y la corrupción sistémica en las instituciones son las señas de identidad con las que conviven cada día los valencianos. Pero esas son unos símbolos que a la Generalitat y al PP que la gobierna no le dan votos, sino todo lo contrario. Ante la certeza de que perderá las elecciones como avanzan las encuestas, el PP valenciano se dispone a reabrir la “guerra de los símbolos” –bandera, lengua y denominación de la comunidad autónoma- que tantos réditos electorales le ha dado siempre.

A un mes de llegar al ecuador de la legislatura, la sensación generalizada en el seno del PP valenciano es que solo una rápida recuperación de la economía evitará que tengan que desalojar la Generalitat. Como las previsiones económicas no siguen por ahora esa ruta, desde la sede de los populares se está insistiendo en la idea de que la única alternativa de gobierno es la formada por un tripartido –PSPV, Compromís y EUPV- radical y antivalenciano.

Los símbolos como estrategia electoral
En paralelo a esa estrategia de demonizar a la izquierda, el gobierno de Alberto Fabra  va a poner en marcha una comisión para conmemorar en 2014 los treinta años de la ley de símbolos por la que se implantó la “senyera” tricolor –cuatro barras rojas sobre fondo amarillo coronadas por una franja azul- en detrimento de la “cuatribarrada” –cuatro barras rojas sobre fondo amarillo-, se denominó a la lengua autóctona como “valenciano” para diferenciarla del catalán y se bautizó el territorio como Comunidad Valenciana, rechazando así el término País Valenciano por el que abogaba la izquierda. Unos símbolos que a regañadientes tuvo que aceptar el PSPV para frenar la sangría de votos que le suponían las acusaciones de ser un partido “catalanista”.

Una maniobra más que repetida
Agotada la “guerra” hídrica con el “agua para todos” y desactivado por inexistente el “tripartido catalán”, la estrategia del ejecutivo valenciano no es sino la continuación de la línea de defensa que el PP viene manteniendo ante la posibilidad cada vez más factible de que pierda la mayoría absoluta y tenga que dejar paso a una posible alianza entre PSPV, Compromís y EUPV. En previsión, el PP se constituye como el defensor de la “identidad valenciana” frente a un tripartito con influencias de Cataluña. Una maniobra que ya dio sus frutos en los albores de la autonomía cuando la UCD, bajo la dirección del vicepresidente del gobierno, Fernando Abril Martorell, utilizó hasta a la ultraderecha para, con la escusa de los símbolos, dinamitar lo que entonces era un granero de votos de la izquierda.

Hasta las puertas de los comicios de 2015
Ahora, el Consell se ha inventado una comisión que organizará durante el próximo año una serie de actos que conmemorarán el treinta aniversario de los símbolos valencianos y que terminarán solo dos meses antes de las elecciones autonómicas. El decreto de constitución de la comisión señala que su acción concluirá el 31 de marzo de 2015, poco antes de que se disuelva el parlamento valenciano y se abra el periodo electoral. La comisión estará dirigida por el conseller de Gobernación y secretario general del PP valenciano, Serafín Castellano, y en la misma figuran el presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, y el de las Corts, Juan Cotino.

El fantasma de la amenaza catalanista
Por si la exaltación identitaria no surge el efecto electoral deseado, el PP se guarda en la bocamanga una carta que ya enseñó hace seis meses y que aún no ha activado. En octubre pasado los populares recurrieron al fantasma de la amenaza catalanista y presentaron en las Corts dos proposiciones de ley sobre las señas de identidad. Con una podrían eliminar las ayudas a los partidos que utilicen o llevan en sus siglas el término “País Valenciano” y con la otra podrían censurar toda iniciativa parlamentaria si sus autores no usan la denominación de Comunidad Valenciana. Las propuestas están en lista de espera en las Corts y se votarán el próximo mes de mayo.

Como ya informó ELPLURAL.COM, de imponer el PP las dos iniciativas al pie de la letra, dejarían en el limbo administrativo cualquier entidad privada que utilice o lleve en sus siglas “País Valenciano”, al tiempo que los tres grupos de la oposición -Partit Socialista del País Valencià, Compromís del País Valencià y Esquerra Unida del País Valencià-  dejarían de recibir las subvenciones para los partidos políticos y sus iniciativas parlamentarios serían rechazadas automáticamente.