Cada 24 de diciembre a las nueve de la noche, en muchos hogares españoles, se impone el silencio para fijar la mirada en la televisión y ver la retransmisión del mensaje de Navidad del Rey. El monarca hace un balance del año y desea unas felices fiestas a la ciudadanía. Durante años lo hizo el rey Juan Carlos y ahora, con un interés renovado, lo hace su hijo, Felipe VI.

Primeros mensajes de Navidad de Felipe VI

La Nochebuena del 2014 supuso su primera puesta en escena y la expectación era máxima. En la primera intervención navideña del jefe del Estado, al igual que en las posteriores, hacía un análisis de su proyecto, aunque estuvo basado en el tradicional guión político, económico y social de su progenitor, tenía una marca personal propia.

Como reflejo de aquella pretendida renovación, el escenario de su primera comparecencia había cambiado: se había sustituido el salón de audiencias por otra sala del Palacio de la Zarzuela. El contenido navideño apenas variaba. El tradicional árbol y el belén, estaban acompañados por la bandera nacional, y tres fotografías representativas.

La idea clave de su mensaje fue la ejemplaridad y el llamamiento a conseguir que la ciudadanía recuperase la confianza en las instituciones, apelando a “una regeneración de nuestra vida colectiva y, en esa tarea, la lucha contra la corrupción es un objetivo irrenunciable”. Al mismo tiempo que indicó otros puntos candentes para la opinión pública como “la lucha contra el paro” o la situación de Cataluña aseverando que “lo que hace de España una nación con una fuerza única, es la suma de nuestras diferencias”.

El 2015 sorprendió con un nuevo escenario: el Salón del Trono del Palacio Real, que es un símbolo de “nuestra Historia común”, donde se celebran numerosos actos de Estado. En el centro de la sala el Monarca, se mostraba como la máxima autoridad del país. La decoración navideña pasaba a un segundo plano, ya que la apertura de la emisión era una imagen aérea de los exteriores del palacio desde el ángulo de la Plaza de la Armería con la bandera de España y otras dos imágenes interiores: una del Belén Napolitano del Salón de Alabarderos y otra del árbol navideño en el Salón de Columnas.

Durante su intervención, tras las elecciones generales del 20 de diciembre, Felipe VI, llamó al diálogo político y a la unidad de EspañaPidió a los partidos políticos que actuasen con sentido del deber, responsabilidad y voluntad de entendimiento y concertación, al servicio del interés general de los españoles. Porque "ahora, lo que nos debe importar a todos, ante todo, es España y el interés general de los españoles". Al tiempo que garantizó la unidad frente a rupturas de la ley e imposiciones de unos sobre otros con una defensa a ultranza de la Carta Magna.

En el 2016, tras los diez meses en los que el país estuvo bloqueado por la falta de gobierno tras dos elecciones generales, Felipe VI pronunció su discurso en su despacho habitual de Zarzuela. Lo hizo sentado delante de uno de los ángulos de la mesa y con las banderas de España y de la Unión Europea en segundo término. Una escenografía que pretendía mostrar el ambiente de trabajo del monarca y desde el que defendió “con profunda convicción” fomentar todo aquello que contribuya a la unión y a trabajar juntos “desde cualquier lugar de nuestro gran país”, con “ilusión, con ideales y con proyectos para la mejor España”. Así como también abogó por construir sobre la diversidad con “los brazos abiertos y manos tendidas” y defiende que tenemos "motivos más que poderosos para la unión" desde "cualquier lugar de nuestro país". El jefe del estado defendió "una convivencia democrática basada en el respeto a la Ley, en una voluntad decidida y leal de construir y no de destruir, de engrandecer y no de empequeñecer, de fortalecer y no de debilitar".

La incógnita del 2017

Tras los últimos acontecimientos ocurridos en Cataluña, en los que el monarca intervino para pedir el cumplimiento de la legalidad y las posteriores elecciones que han dado un resultado similar al existente, en cuanto a las formaciones políticas que podrán formar gobierno, la intervención de Felipe VI se prevé complicada. Parte de la legalidad ya se ha cumplido, con la celebración de los comicios electorales, en los que el pueblo catalán ha ensalzado al partido que más ha insistido en la aplicación del artículo 155, es decir a Ciudadanos, mientras que ha castigado al partido del gobierno que lo ha ejecutado. Ante este panorama, es probable que siga pidiendo diálogo entre las fuerzas políticas, pero la cuestión es si esto servirá para algo, o por el contrario, seguiremos hablando de las corbatas del Rey.