Los antecedentes son estos. El pasado martes día 12 se discutía en el Parlament balear la reforma de la Ley de la Función Pública. Una reforma que impulsa José Ramón Bauzá, presidente balear, y que trae un cambio que ha provocado una gran división: el conocimiento del catalán dejaría de ser requisito para trabajar en la administración pública, para pasar a convertirse en un mérito.

El PP se ve envuelto en la guerra lingüística
Ante esta propuesta, los grupos de la oposición presentaron una enmienda sin ninguna posibilidad de triunfar, porque el PP tiene una amplia mayoría absoluta (35 diputados de una cámara con 60). Antoni Pastor, el alcalde de Manacor, y un viejo y poderoso miembro del PP mallorquín votó, para sorpresa de todos, con la oposición más nacionalista (el PSOE promovía un texto alternativo). De inmediato el órgano disciplinario ‘popular’, el Comité de Derechos y Garantías, le abrió expediente por ‘falta muy grave’ y le expulsó del Grupo Parlamentario y del Grupo Municipal de Manacor.

Lo cierto es que la guerra lingüística en Baleares, que ha sido tradicionalmente un elemento desestabilizador en el  PSOE, está salpicando también al PP. Bauzá llegó al poder asegurando que “se ha acabado la dictadura catalanista” y que “los padres podrán elegir en qué lengua quieren que se enseñe a sus hijos”; promesa que después ha sido incapaz de concretar en las escuelas. Pero, como dice a ELPLURAL.COM una fuente política de las islas, “Pastor lo que estaba haciendo era sólo adelantar su final en el PP de la forma más conveniente para él, porque sabía que no iba a volver a ser diputado y, quizás, tampoco candidato a la alcaldía en las próximas elecciones”.

Peleas por el cargo
Estas mismas fuentes aseguran que por tanto esta pelea no tiene tanto de ‘diferentes sensibilidades regionalistas’ como de “peleas personalistas por el poder y los cargos dentro del PP”. Lo cierto es que los hechos están demostrando que Bauzá controla el PP de las islas con mano de hierro. Antes de las pasadas elecciones trituró las posibilidades de un histórico ‘popular’, Jaume Font, hasta obligarle a saltar del PP y crear un nuevo partido, la Lliga Regionalista, y Antoni Pastor se sabía igualmente en su mira.

“Ahora la ecuación morbosa –dice a ELPLURAL.COM una fuente política-, está en ver si Pastor crea un nuevo partido, o si se integra con Jaume Font y con los restos de Unió Mallorquina (ahora se llama Convergència) y crean aquí una experiencia a lo Álvarez-Cascos”. De momento, en unas declaraciones que publica el Periódico, Pastor se propone como defensor de “la lengua de mi pueblo” y se deja querer, “no es mi prioridad plantearme” mi futuro político.

Tránsfuga a la fuerza
Mientras en Manacor, el pueblo del que es alcalde, se vive una situación de absurdos. Ya no es del grupo municipal del PP, es un ‘transfuga’ a la fuerza, pero sigue siendo alcalde gracias al apoyo de los propios concejales del PP.