Antonio Román (a la izda. de María Dolores Cospedal) junto a Mariano Rajoy en un acto de campaña.



Una vez más, y ya van unas cuantas, el Partido Popular ha vuelto a dar muestras de su fervor patriótico en algunas cosas y poco sentido de la responsabilidad en otras. Eso, o que en ocasiones el subconsciente traiciona a alguno de sus dirigentes. Las dos actitudes -pretendido patriotismo y poco sentido de la responsabilidad democrática- surgen casi siempre con respecto a un asunto: el cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica.

Esta es la carta pagada con dinero público enviada por Román. Foto: lagarlopa.com



El último ejemplo sobre este particular tiene como protagonista al alcalde de Guadalajara, y diputado en las Cortes, Antonio Román. Desde que accediera al poder hace unos años, estaba acostumbrado a pasar el rodillo apoyado en mayorías absolutas hasta que el pasado mayo los ciudadanos dijeron basta. Solo el respaldo de Ciudadanos (también en la Diputación provincial) dio al traste con un cambio de Gobierno.

Moción plenaria
El pasado septiembre, el Ayuntamiento en sesión plenaria aprobó una moción de Ahora Guadalajara con el respaldo del PSOE para dar cumplimiento a la normativa vigente y proceder al cambio de media docena de nombres de calles de la ciudad dedicadas a personajes unidos al dictador Franco.

Ante esta situación, al regidor del PP Antonio Román no se le ha ocurrido otra cosa que enviar una carta a los residentes en esas vías disculpándose por la modificación.

Lamenta las molestias
Es curiosa la argumentación que utiliza Román para dirigirse a los vecinos. Así, tras disculparse por las molestias ocasionadas, presenta su “posición” sobre este tema. Recuerda que hace seis años él, como alcalde y desde el Ayuntamiento, preguntó a los vecinos de esas calles por la posibilidad del cambio y, como señala, recibió un voto contrario de casi el 100%. Para muchos, esa forma de proceder del alcalde responde a un juego torticero de la democracia, “algo habitual en su partido”, porque cuando conviene apoyamos la consulta masiva. Sin embargo esos mismos cuestionan 'por qué no se preguntó a toda la ciudad'.

Falta de costumbre
En la decisión de Antonio Román de enviar esta misiva, pagada con dinero público, hay quien observa esa querencia del PP hacia algunos símbolos y emblemas franquistas. Sin poder saber a ciencia cierta si es así -siempre hay una negativa por respuesta hasta que aparece alguna foto comprometedora- lo que parece evidente es que las reticencias que ha mantenido y los obstáculos articulados desde hace años para cumplir la ley, después de muchas reclamaciones por parte del Foro por la Memoria de Guadalajara, el regidor se ha dado de bruces con la democracia.

¿Y Ciudadanos qué?
Los comicios municipales provocaron en la capital guadalajareña, como en otras muchas ciudades de España, una metamorfosis política que se extendió a la acción de gobierno. Las propuestas que en anteriores mandatos realizaba la oposición en el pleno, tenía nula visibilidad debido al mencionado rodillo 'popular'.

Pero todo -o casi todo- es distinto. El PP ha perdido la mayoría absoluta y ha entrado Ahora Guadalajara. Román es alcalde porque Ciudadanos deshojó la margarita y le dio a él el “sí quiero”. Su movimiento muchos lo entendieron, aunque no así el respaldo también al PP en la Diputación. Sin embargo, con respecto a este asunto del cambio del nombre de calles, la delegación local del partido de Rivera ha vuelto a jugar a la equidistancia con la abstención. Muchos se preguntan ¿por qué?