Este martes dimitió Dolores Delgado, poniendo punto y final a un mandato al frente de la Fiscalía General del Estado que ha estado marcado por la polémica dada su cercanía al Gobierno, en el que fue ministra de Justicia. Argumentó problemas de salud, pero sin embargo, las críticas no han cesado y se ha sacudido todas y cada una de ellas en una entrevista en El País en la que ha garantizado que “me da igual lo que digan”, que se marcha porque “mi cuerpo está roto” y está muy contenta con el trabajo realizado.

Preguntada por si alguna otra razón subyacía a la decisión ha explicado que “he podido tener otros motivos para irme, porque me han atacado mucho, porque me han dicho esto o lo otro, pero es por salud”. “No puedo seguir. No puedo estar cancelando viajes porque no me puedo subir a un avión, y no puedo estar cancelando reuniones institucionales una tarde porque necesito tumbarme, y no puedo arrastrarme y hoy tengo la espalda mal, pero me tengo que hacer una operación de dos hernias discales del lado izquierdo. ¿Cuándo lo voy a hacer?”, ha preguntado.

“Para estar aquí tienes que estar al 100%”

Delgado ha razonado ha admitido que empezó con los problemas en febrero, y desde entonces, ha aguantado. Pero “para estar aquí tienes que estar al 100%”. “Me entrego al 120% y no me da la vida. No puedo estar aquí en estas condiciones, así lo he hablado con el presidente”, ha contado; y ha añadido que ser fiscal general requiere estar a la altura tanto a las ocho de la mañana como de la tarde.

Con respecto a las elucubraciones que está generando su renuncia, ha asegurado que “me da igual lo que digan”. “Nunca renunciaría si estoy pensando en lo que van a decir unos u otros. Doy un paso al lado. Estoy muy contenta y me siento muy orgullosa de lo que hemos hecho un equipo de hombres y mujeres, de lo que hice en el Ministerio de Justicia, y algún día todo lo que generamos se oirá a pesar del ruido que ha habido en torno a muchas cosas. Y aquí en la Fiscalía General del Estado ha pasado lo mismo. Hemos hecho un montón de cosas, con un proyecto muy claro y muy marcado, en vulnerables, derechos humanos, género”.

Ahora, volverá a la Audiencia Nacional. “Yo soy fiscal. No voy a trabajar en la empresa privada, no quiero. Siempre me he movido en espacios públicos. Todos mis problemas físicos permanecen, pero no tendré la tensión que supone ser fiscal general del Estado”, ha esgrimido. Dispone de 20 días hábiles para tomar posesión de su nuevo destino como fiscal antiyihadista y, después, “voy a disfrutar de mis vacaciones por primera vez en cuatro años” para recargar pilas y afrontar “un montón de pruebas médicas”.

Por último, ha descartado que dimitiera para poder ser nombrada fiscal de Memoria Histórica: “Lo he hecho porque mi cuerpo está roto, y si tengo que esperar a que nadie diga nada, nunca encontraría tiempo ni el momento”.