Isabel Díaz Ayuso nombró este lunes a David Pérez, su numero dos, consejero de Administración Local y Vivienda de la Comunidad de Madrid. Su sintonía con la presidenta autonómica y sus numerosos servicios al PP madrileño, siendo uno de los plenipotenciarios enviados a las negociaciones que facilitó la conformación del Gobierno, le han servido para conseguir un sillón en la Administración más codiciada en Génova pese a su relación con Púnica y las sombras que deja tras de sí su gestión.
Exalcalde de Alcorcón, muchos vecinos de la localidad madrileña observan atónitos como las competencias de Vivienda recaen en manos de Pérez, recordado por el Plan Permuta y la ineficacia para dar solución a un problema que ha dejado en la calle a cerca de un centenar de personas mayores.
El plan se puso en marcha hace 10 años, durante el mandato del PSOE. Consistía en que las personas mayores cedieran el usufructo de sus viviendas en el corazón de la ciudad a cambio de obtener una vivienda social, habilitada y con los servicios necesarios para estos mayores con movilidad reducida. Una especie de intercambio vitalicio -nunca como dueños- en el que las antiguas viviendas de los mayores que realizaban la permuta pasaban a manos de jóvenes menores de 30 años.
Sin embargo, todo cambió cuando la vivienda pública pasó a manos de un fondo buitre. La encrucijada se complicó hasta el punto de que el resto de partidos pidieron al popular que se hiciera cargo de la compra de los pisos, a fin de que los ancianos no se quedaran en la calle. Sin embargo, el PP de Alcorcón, con el nuevo consejero de Vivienda autonómica al frente del Consistorio alcorconero, decidió no asumir el pago agravando la situación hasta una situación límite.
Pero esto no es todo, ya que las organizaciones del Ensanche Sur de Alcorcón, proyecto urbanístico en el que se construyeron cerca de 7.000 viviendas de protección pública, se han quejado reiteradamente de las pésimas condiciones en las que ha estado el enclave durante los años de Gobierno de David Pérez.
Proyecto impulsado por el PSOE tiempo atrás, al popular se le recrimina que tenga favoritismo con aquellas ideas surgidas y promovidas por dirigentes de signo propio. Basta ver los resultados electorales de las pasadas elecciones municipales para observar cómo se evidencia el rechazo generalizado al Partido Popular.
Barrios más humildes y tocados por la ineptitud de un alcalde hoy premiado por el PP madrileño. El rojo del PSOE predomina en la gama cromática de los partidos vencedores en esta zona, con Los Palomares aún más escorados a la izquierda prefiriendo a Unidas Podemos.
