Entre sus virtudes no se encuentra la oratoria, no sabe comunicar; en los anales del periodismo está escrito con mayúsculas aquella famosa metedura de pata del “finiquito en diferido”; tampoco es una gran gestora, como lo prueba el fracaso al frente del Gobierno de Castilla-La Mancha, ni una líder política capaz de engrasar la maquinaria de un gran partido como es el Partido Popular, hoy por hoy, sumido en una preocupante depresión. Sin embargo, ha demostrado ser una avispada “influencer” política y saber colocar a un nutrido grupo de personas de su máxima confianza en los puestos clave de la Administración General. En diez años, la actual ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, ha sabido tejer una tupida y compleja telaraña que abarca los tres poderes (Legislativo, Ejecutivo y Judicial) del Estado de Derecho, por lo que es raro encontrar un departamento importante que se escape al control de la también secretaria general del PP.

Cultivando amistades en la judicatura

Desde que en 2006 Mariano Rajoy la enviara a Castilla-La Mancha para hacerse cargo del partido tras el portazo de José Manuel Molina, y dos años después de que contra todo pronóstico la eligiera para llevar las riendas de la Secretaría General del PP, María Dolores de Cospedal no ha dejado de cultivar sus amistades en la Judicatura, y raro eran los actos de toma de posesión de los presidentes y fiscales de las audiencias provinciales castellano-manchegas sin su presencia. Aún es más, cuando contrajo matrimonio en segundas nupcias con el otrora “príncipe” del ladrillo, Ignacio López del Hierro, el presidente de la Audiencia Provincial de Toledo, Manuel Gutiérrez, fue testigo del enlace y uno de los pocos invitados al “bodorrio” del año (2009), entre los que se encontraban también Mariano Rajoy y Miguel Arias Cañete.

“Siempre será Concha”

Pero lo más sonado de las “amistades peligrosas” de Cospedal en el mundo de la Justicia, fue su relación con la magistrada Concepción Espejel, “la que siempre será Concha”, dijo la ministra en un acto de condecoración de la que años después sería recusada por su proximidad al PP y apartada de los juicios de corrupción que se siguen en la Audiencia Nacional contra la formación política que dirige M. Rajoy, y donde Espejel preside la Sala de lo Penal, acto al que asistió el miembro del Consejo General del Poder Judicial y en su día magistrado del Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha, Gerardo Martínez Tristán, esposo de la exconsejera del Gobierno de Cospedal en CLM, Marta García de la Calzada, en la actualidad abogada del Estado en el Tribunal Supremo. Suma y sigue…

Agencia de Protección de Datos

Cospedal siempre estuvo preocupada por mantener el anonimato de sus negocios y posesiones, y sobre todo salvaguardar y proteger la cada día más deteriorada imagen pública de su marido, Ignacio López del Hierro, su “talón de Aquiles”. Tal vez por eso, llevó a cabo una hábil gestión para colocar al frente de la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD), máxima autoridad estatal de control encargada de velar por el cumplimiento de la normativa sobre protección de datos, a una de sus amigas del alma y compañera de pupitre, Mar España Martí, exviceconsejera de Presidencia y Administraciones Públicas de su Gobierno en Castilla-La Mancha (2011-2015). Y es que Cospedal denunció a medios de comunicación por publicar documentos que acreditaban sus riquezas y posesiones en tierra de Don Quijote. Denuncias desestimas, aunque no sabemos qué pasaría de presentarse en la actualidad.

Justicia e Interior

Pero al margen de sus amistades con jueces y fiscales, sus verdaderos peones en la estructura del Estado son los titulares de los ministerios de Justicia e Interior, Rafael Catalá y Juan Ignacio Zoido, respectivamente. Del primero es conocido su servilismo por ser un cunero en tierras castellano-manchegas, ocupando en la actualidad uno de los dos escaños que tiene el PP por la provincia de Cuenca. Catalá es uno de los grandes apoyos con los que cuenta Cospedal en el Consejo de Ministros frente a su “enemiga íntima”, Soraya Sáenz de Santamaría.

Pero donde verdaderamente ejerce de “influencer” la secretaria general, además del Ministerio de Defensa, con hasta seis altos cargos toledanos en nómica, es, sin lugar a dudas, en el Ministerio de Interior, con su amigo, confidente y compañero de batallas políticas, Juan Ignacio Zoido, que junto a Cospedal mantienen un pulso cainita contra Javier Arenas y la vicepresidenta del Gobierno por hacerse con las riendas del PP en la comunidad andaluza.

El último “fichaje” de Cospedal en Interior es Juan Carlos Ortiz Argüelles, excomisario general de Extranjería y Fronteras, policía muy cercano a Cospedal que fue jefe superior de la Policía en Castilla-La Mancha y que desde hace unos meses ocupa la Jefatura Central de Información, Investigación y Ciberdelincuencia de la Policía Nacional. ¡Ojo a este cargo!

Un “topo” en el Ministerio de Empleo

La secretaria general del PP ha intentado siempre situar a las personas de confianza en destacados puestos, como en Educación, donde el secretario de Estado, Marcial Marín, es de su total confianza, o en exteriores, con su exconsejera de Agricultura al frente del Liceo Español de Roma, o en la Comisión Europea, con su íntimo amigo Miguel Arias Cañete, actual Comisario europeo de Acción por el Clima y Energía, o en el propio partido, con destacados fieles en el Comité Ejecutivo.

 

Sin embargo, donde existe cierto “mosqueo” por parte del equipo cercano de Fátima Báñez, según fuentes del Ministerio de Empleo y Seguridad Social consultadas por ELPLURAL.COM, es con la directora general del Trabajo Autónomo de la Economía Social y de la Responsabilidad Social de las Empresas, Carmen Casero, exconsejera de Cospedal y considerada por nuestras fuentes como el “topo” de la secretaria general del PP en el Ministerio de la que es considerada amiga de Javier Arenas, cuyo nombre no ha dejado de sonar para ser candidata del PP en Andalucía y ser presidenta del partido en la comunidad. Basta decir que Cospedal y Arenas se han jurado enemistad eterna.