España se sitúa a la cabeza de los países más afectados por la pandemia del coronavirus. Las cifras son verdaderamente alarmantes. Ya son 172.541 contagiados y el número de muertos supera los 18.000, siendo el país con mayor tasa de mortalidad por cada millón de habitantes. No hay franja horaria que la oposición no se lo recuerde al Gobierno de Pedro Sánchez. Tiempo ha que Partido Popular y Vox comandan una ofensiva que desliza incluso acusaciones de asesinato. Pablo Casado ha denunciado que la “negligencia” del Ejecutivo “cuesta vidas”, al tiempo que ha criticado que se ocultan las cifras reales. Santiago Abascal, mucho mas beligerante si cabe, ha llegado a tildar al Gobierno de “criminal”.

Pero tanto el presidente del PP como el de Vox olvidan que si España lidera el ranking de número de muertos por cada millón de habitantes, buena parte de la culpa la tiene el hecho de que la Comunidad de Madrid se haya erigido como uno de los epicentros mundiales del coronavirus. Lo que otrora fue Wuhan, hoy lo es Madrid, solo superado por Lombardía.

España supera con creces al resto de países en lo que se refiere a muertos por millón de habitantes, con 380. Italia y Bélgica, segundo y tercero, registran 338 y 337 respectivamente. La Comunidad de Madrid, gobernada por el Partido Popular y Ciudadanos con el apoyo de Vox, triplica la media española: 980 por cada millón de habitantes.

Pero si hay un dato realmente revelador y preocupante es el del excedente de Mortalidad. El Ministerio de Sanidad utiliza el Sistema de Monitorización de la Mortalidad (MoMo) para cifrar el número de personas fallecidas por coronavirus en comparación con otras causas. El resultado es espeluznante.

Según el último informe publicado por el Ministerio (12 de abril), el Covid-19 ha provocado un 61% más de defunciones que el total registrado en otros años. Pues bien, en la Comunidad de Madrid, este ratio alcanza la friolera del 215%. En otras palabras, en la capital, el aumento de fallecidos es del 215% cuando la media española es del 61%. Le siguen Castilla La-Mancha (197,7%), Castilla y León (158,5%) y Navarra (155,3%); según recoge La Información.

Las cifras no son nada halagüeñas, pero podrían ser incluso peores. Y es que, dado que los datos son recogidos por las comunidades autónomas y solo se contabilizan los positivos con test realizado, el número de decesos se incrementaría.

El consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Enrique Ruiz Escudero, ofreció este martes los datos concretos a la comisión de la Asamblea de Madrid. El número de fallecidos en hospitales en la región es de 6.568; en residencias 2.820, en domicilio 616, cuatro en la vía pública y nueve en medicina legal. Al total de 6.568 fallecidos en los hospitales habría que sumarle los ancianos que también han muerto en las residencias de la Comunidad de Madrid, que no están contabilizados en las estadísticas oficiales y que el consejero ha cuantificado en 2.820, pero podrían ascender a más 4.521 personas mayores, según adelantó  el vicepresidente del Gobierno madrileño, Ignacio Aguado, el pasado miércoles.

Lo habitual es que la Comunidad de Madrid registre unos 1.000 decesos en residencias en un mes, por lo que, a causa del coronavirus, el se ha multiplicado por cuatro.

La gestión de Ayuso y las deficiencias en residencias

Conviene aclarar en este punto que las competencias en las residencias las siguen teniendo las comunidades autónomas, a pesar del estado de alarma decretado, La propia presidenta de la Comunidad, Isabel Díaz Ayuso, así lo apuntó: “Él [Sánchez] solo manda, nosotros [las autonomías] gestionamos”.

El decreto del estado de alarma del pasado 14 de marzo le dio al ministro de Sanidad, Salvador Illa, el mando único. Las competencias se centralizaron, sí, pero la gestión continúa en manos de los gobiernos autonómicos.

La respuesta de Ayuso ante la crisis está siendo deficiente. Ha pasado mas de un mes desde que Ruiz Escudero prometió que “las residencias se van a medicalizar y los mayores contagiados serán atendidos allí mismo”.

Estas palabras fueron pronunciadas el 12 de marzo, y a miércoles 15 de abril los sanitarios siguen sin llegar, lo que ha condenado a muchas residencias a condiciones deleznables y ha provocado un cisma en el Gobierno regional.

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Las residencias de mayores se erigieron como uno de los principales focos de riesgo desde el inicio de la pandemia del coronavirus en España, especialmente acusada en la Comunidad de Madrid. El Ejército llegó a hallar halló cadáveres sin notificar. Las cifras son alarmantes y la ayuda sigue sin llegar.

Las condiciones en los centros de mayores son lamentables. Ante la falta de personal, hay auxiliares que van a trabajar en sus días libres por “37 euros brutos al día”, tal y como denunció Emilio Delgado, diputado de Más Madrid, en declaraciones a ElPlural.com.

La residencia Parque Coímbra, sita en Móstoles, es un claro ejemplo de la situación límite. El número de residentes es aproximadamente de 200, mientras los auxiliares apenas llegan los 16, lo que da una media superior a 12 ancianos por cada trabajador. Fuentes del sector consultadas por este periódico apuntan que “lo ideal es no superar los cinco residentes, pero depende de las necesidades de cada uno. Como mucho, serían ocho”.

Resulta evidente que ni el Gobierno nacional ni el regional son culpables de la pandemia, pero la oposición haría bien en deponer sus acometidas, máxime cuando la región que gobiernan es la más azotada con gran diferencia.