La diferencia entre el qué y el cómo es abismal. No es lo mismo la forma que el contenido, y así lo entiende Albert Rivera -o al menos, eso dice-. En dos de los asuntos centrales de este nuevo curso político, como lo son la exhumación de Franco y la reforma de la Ley de Estabilidad Presupuestaria, el líder de Ciudadanos se ha escudado en las formas para oponerse a la dirección del Gobierno. La pregunta es: ¿Es una excusa o realmente Rivera considera que las formas son importantes?

Desde su aterrizaje en la Moncloa, Pedro Sánchez ha situado la exhumación de los restos del dictador del Valle de los Caídos en la centralidad de su agenda política. El Consejo de Ministros ya aprobó el decreto ley e inició el procedimiento. El apoyo en la Cámara Baja es suficiente, pero era morboso conocer la postura de Ciudadanos. Los naranjas se abstendrán en la votación a pesar de haber votado en el pasado favorablemente a una PNL que proponía su exhumación. ¿Por qué? Las formas.

Rivera considera que Pedro Sánchez está gobernando a golpe de decreto. El líder naranja alega una anomalía en el procedimiento ya que entiende que no es un asunto de urgencia como para atajarlo mediante un real decreto. “Soy partidario de sacar los huesos del dictador porque un cementerio nacional de héroes no puede tener enterrado a un dictador”, ha precisado en una entrevista en TVE durante la mañana del martes. Rivera aboga por convertir el Valle de los Caídos en el Arlington español, pero su sentido del voto será finalmente la abstención, coincidiendo con el Partido Popular, cuyo presidente, Pablo Casado, asegura que “no gastaría ni un euro en desenterrar a Franco”.

Pero la exhumación del dictador no es el único asunto cuya forma ha provocado el sentido del voto de Ciudadanos (al menos según anuncian públicamente). Los naranjas han incluido en todos sus programas electorales la reforma o supresión del Senado. A mediados de agosto Sánchez acordó con Pablo Iglesias reformar la Ley de Estabilidad Presupuestaria para eliminar el veto del Senado a los Presupuestos Generales. En el año 2012 el PP introdujo este precepto y ahora el PSOE propone erradicarlo, de tal manera que la Cámara Alta no pueda tumbar los Presupuestos, que podrían volver al Congreso para ser aprobados por mayoría simple.

El objetivo del líder del Ejecutivo era presentar el anteproyecto a finales de noviembre y aprobar los Presupuestos en marzo. En consecuencia, pretendía que el Congreso aprobara por la vía exprés la reforma de la Ley de Estabilidad Presupuestaria, pero Ciudadanos, otra vez, ha obstaculizado su camino alegando cuestiones formales. Los naranjas han votado junto a los populares en la Mesa para que la iniciativa se tramite por la vía ordinaria. Rivera ha asegurado que su formación acepta que se debata la Ley de Estabilidad Presupuestaria pero como un proyecto de ley y mediante la vía ordinaria para poder debatir y añadir enmiendas.

Ahora, el PSOE volverá a pedir el trámite de urgencia y lectura única para su iniciativa, amparándose en el artículo 150 del Reglamento del Congreso de los Diputados. En la exhumación de Franco el sentido del voto naranja no tendrá consecuencias, pero en la Ley de Estabilidad Presupuestaria sí, puesto que en el caso de no salir adelante, la aprobación de los Presupuestos podría demorarse varios meses.

En ambos casos los naranjas han puesto trabas al Gobierno alegando motivos de forma. Rivera acusa al Ejecutivo de Sánchez de gobernar a golpe de decreto, a pesar de que el presidente lleva siete y el Gobierno de Rajoy firmó 75 durante su mandato. Además, desde la llegada de la democracia, la media anual de decretos leyes es de 14. ¿Está Rivera realmente en contra de las formas o las utiliza para justificar su postura y trabar al Gobierno?