Ciudadanos descarta la idea de abandonar sus siglas, la proyección demostrada en las pasadas elecciones y su anhelo de encabezar el bloque de la derecha consiguiendo el ansiado sorpasso al Partido Popular. Mientras Pablo Casado, presidente de los populares, hace campaña junto a su sector más cercano a favor del proyecto España Suma (una coalición de cara a los comicios generales de PP y Cs) para evitar la fragmentación del voto, los naranjas se niegan a escuchar la premisa de sus homólogos. Pero no del todo.

Al igual que hicieran en Navarra, uniendo fuerzas con populares y UPN, son muchas las voces que piden que se pruebe la misma suerte en otros lugares. Descartada, de momento, la coalición a nivel general, se abre la posibilidad de sumar en el País Vasco -posibilidad que incluso el sector más cercano a Rivera vería con buenos ojos- y en el Senado, yal y como ha informado El Confidencial.

En su momento, el Partido Popular ya propuso sendas coaliciones a sus socios preferentes, pero en Alcalá 253 desecharon las propuestas por ser demasiado precipitadas. Ahora, analizados los resultados en Navarra -consiguieron imponerse en las elecciones, pero no lograron la mayoría absoluta-, la derecha cree que es el momento de ampliar la marca, hacer de cada uno de los comicios una estrategia paralela, una hoja de ruta particular que no deje a Rivera y su pléyade particular como una extensión del PP.

Mientras los azules aprovechan cada una de sus apariciones públicas para ejercer presión y hacerse ver como los garantes de la unidad del bloque, Ciudadanos trata de desvirtualizar el tema y no dejarse llevar por el movimiento de fichas popular. País Vasco, Senado y emplazamientos donde realmente la unión signifique, inequívocamente, un empujón aritmético.

El pasado 28 de abril, el PSOE consiguió una mayoría absoluta en el Senado que dejó a la derecha paralizada. La fragmentación del voto -fantasma repetido por Casado a lo largo de toda la campaña- acabó pasando factura, los socialistas consiguieron 121 senadores e hicieron que el PP se desinflara, pasando de 130 en 2015 a 56.

La coalición en el País Vasco se acerca. El propio Alfonso Alonso solo puso dos condiciones sine qua non sobre la mesa: “Deben aceptar y defender la foralidad y el concierto económico”. Y en la Cámara Alta, con la implantación del 155 en Cataluña como anhelo compartido, el entendimiento sigue en el aire.