Pareciera que el político, o alguno de ellos, es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra. Da la impresión, a tenor de lo visto y oído ayer en la Asamblea de Madrid, que determinados representantes políticos no aprenden de la historia reciente o lo que es peor no la conocen o la ignoran  por lo que están condenados a repetirla.

En un ataque furibundo, fuera de sí y con aspecto desencajado, el portavoz de Ciudadanos en la Asamblea de Madrid, Ignacio Aguado arremetió brutalmente contra los socialistas andaluces y aprovechando que “el Pisuerga pasa por Valladolid” -pues se trataba de Debate del Estado de la Región- acusó al PSOE-A de “gastar el dinero de todos en prostitutas y cocaína”.

Esta reacción desaforada de un Ignacio Aguado desatado  en nombre del partido de Albert Rivera en Madrid, inmiscuyéndose en asuntos de otra comunidad y acusando groseramente a todo un partido en Andalucía de prácticas rechazables y que el propio PSOE-A ha rechazado e impulsado judicialmente en algún caso excepcional e individual, ha sentado muy mal tanto a la presidenta y secretaria general de los socialistas andaluces, Susana Díaz como a la dirección regional del partido.

Ciudadanos Madrid en campaña andaluza


Mucho más cuando esas acusaciones amplificadas y deformadas bien de una formación que en Andalucía, a pesar de la ruptura actual del acuerdo de investidura, ha mantenido siempre una postura correcta y sus críticas han sido siempre ejercitadas en forma de cuidado de estilo y educadas. Ello obliga a pensar que el partido naranja ha transmitido a otros dirigentes territoriales más allá de Andalucía, que se impliquen en una especie de precampaña anticipada contra los socialistas andaluces en otras regiones. Con claro desprecio a los madrileños, Ciudadanos mete con calzador la campaña andaluza en el máximo debate que tiene la Comunidad de Madrid para hablar de su región.

De los “pitas pitas” de Aguirre al “Andalucía nos roba” de Ignacio González


Que Ignacio Aguado haya acusado este viernes a "los cargos del PSOE en Andalucía" de "gastarse el dinero de todos en prostitutas y cocaína", es además todo un signo de que intentan imitar la estrategia andaluzfóbica que consintió el PP andaluz  al permitir que la entonces presidenta de Madrid, Esperanza Aguirre, ofendiera a los trabajadores del campo andaluz llamándoles  “subsidiados” o cuando también los insultó con el “pitas, pitas” de gallinero dedicado a los jornaleros de esa comunidad del sur de España. También el presidente posterior, Ignacio González, dedicó palabras insidiosas contra el sur como cuando en un acto electoral de comicios europeos dijo que el PP no quería “que Europa se parezca a Andalucía”. Con el paso del tiempo y su ingreso en prisión puede que haya reflexionado que gobiernos llevan a la cárcel y cuáles a la victoria electoral. Y es que como muchos conspicuos representantes del PP nacional, González siempre mostró su odio a lo andaluz como cuando en reiteradas ocasiones afirmaba que “Madrid pagaba a Andalucía” o que “Andalucía era una privilegiada del Estado. Una adaptación madrileña para vender el que "Andalucía nos roba".

Ana Mato lleva en su ADN el odio a los niños andaluces


Luego llegó la xenofobia más rancia hacia los andaluces de la mano de la ex ministra Ana Mato. En 2011 llegó a decir que los niños en Andalucía eran "prácticamente analfabetos”. Tuvo que pedir perdón pero tres años más tarde se reiteró en su tono despectivo y de burla a  los niños andaluces mintiendo al afirmar que “están en el suelo en las escuelas”.

Rafael Hernando y los andaluces del “pelotón de los torpes”


Este odio en el ADN del PP hacia los andaluces tuvo un claro ejemplo en el ex portavoz parlamentario del PP, Rafael Hernando cuando crispó el debate político afirmando que había que "sacar a Andalucía del pelotón de los torpes" en la que la había metido el PSOE.

 
Criticaron a los andaluces y cayeron por la pendiente


Como estos ejemplos podríamos proseguir más en profundidad. Pero una reflexión es importante y es la de constatar que ha pasado en el futuro político de quienes enarbolaron la bandera de la andaluzfobia: Aguirre, Mato, Ignacio González, Artur Mas, Jordi Pujol, Rafael Hernando, Monserrat Nebrera, Duran i Lleida, Monago… Todos en la cuerda floja, en caída libre, algunos imputados y otros hasta han pisado la prisión o están en puertas.

Batallón antiandaluz


Ignacio Aguado, al que su partido le pide criticar al socialismo andaluz de manera soez, grosera y barriobajera -a lo que él se ha prestado de buen grado- debería de tener en cuenta  que la mayor parte de los miembros del "batallón" antiandaluz" se encuentran sin escaño, sin cargos, sin poltronas, en el más triste ostracismo o incluso en la cárcel o en su frontispicio. Es como si ofender al pueblo andaluz, más tarde o más temprano, no saliese gratis. Tome ejemplo señor Aguado: La venganza se sirve en plato frío pero siempre llega.