Pablo Casado parece haber adoptado una insana obsesión de oscuro propósito: minar la imagen de España a nivel internacional. El líder del Partido Popular ha asistido a una reunión con sus homólogos del Partido Popular Europeo (PPE) en Bruselas y se ha deshecho en reproches contra el Gobierno de España y su presidente, Pedro Sánchez. Durante el discurso pronunciado este jueves, Casado ha alertado a toda la Unión Europea de la radicalidad de Sánchez y su presunta tendencia a quebrar la separación de poderes. Curiosa forma de impulsar la Marca España tiene el líder de la oposición, que no es la primera vez que desfila por el espacio comunitario echando sapos y culebras contra un Ejecutivo democráticamente elegido por un pueblo soberano.

"Estamos en Berlín, en Europa, ¿alguien me puede decir un Gobierno más radical que el de Sánchez? No hay ministros comunistas en ningún Gobierno de la UE después de la caída del Gobierno de Tsipras [Grecia]“, ha proclamado Casado ante sus colegas europeos. No se le puede acusar, eso sí, de ser incoherente para con el argumentario de su formación, pues la portavoz parlamentaria del Grupo Popular en el Congreso, Cuca Gamarra, firmó las mismas palabras en una rueda de prensa el pasado miércoles: “El Gobierno de Sánchez es el más radical de toda Europa”. Ante tamaña información, los periodistas allí presentes le preguntamos qué opinión le merecía, en consecuencia, el Ejecutivo homófobo de Hungría o Polonia.

Pero Casado no se limitó a acusar de radical a Sánchez. También le tildó de embustero. El líder popular ha lamentado que en los “corrillos” en los que ha estado presente en Berlín sus colegas le trasladaban su incredulidad, pues "no se creen que la vicepresidenta del Gobierno", Yolanda Díaz, haya "prometido derogar la reforma laboral" y se preguntan "cómo es posible" cuando Sánchez en Bruselas "ha dicho que va a hacer una reforma laboral más flexible”. ”¿Van a cumplir con lo que prometen en Bruselas o lo que promete en Madrid? ¿Va a hacer reformas estructurales para que nos den fondos en Europa o va a hacer contrarreformas estructurales para que le den los votos los de Podemos, los de ERC y los de Bildu?", se ha preguntado; sentenciando que "cuando se tienen dos caras y se miente en Bruselas y en España, la gente te acaba pillando”.

En este sentido, ha instado al presidente a “aclararse” y “dejar de insultar al PP”, que “es el único partido que dice la verdad y que está velando por los intereses de los españoles, que es hacer reformas para que lleguen los fondos europeos, se cree empleo y se financie el Estado del Bienestar”. Peculiar manera tiene de contribuir a la defensa de los intereses nacionales poniendo a caer de un burro al Gobierno electo del mismo.

Insaciable como es, Casado no se quedó ahí. Dio un paso más. En su escalada de insultos, acusó a Sánchez de pretender dinamitar la separación de poderes, que rige cualquier Estado de derecho que se precie. Él, que lidera un bloqueo a la renovación de un Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) cuyo mandato caducó hace más de 1.000 días. Según ha dicho el dirigente popular, Sánchez quiere "ocupar todos los poderes y anular a la oposición", así como "acallar al Parlamento", "en el que no comparece desde hace 80 días", "Y pretende que encima le demos las palmas", ha enfatizado, para añadir que en Europa hay "honda preocupación" por los "ataques" de Podemos al Poder Judicial y las declaraciones de algunos ministros ante resoluciones del Tribunal Supremo.

Las maniobras de Casado contra España

No es la primera vez, como decimos, que Casado se pasea vertiendo lindezas sobre el Gobierno de España. Famosa fue su desatinada estrategia de obstaculizar la llegada de los Fondos Europeos, necesarios para atajar la crisis económica provocada por la pandemia de coronavirus que fueron aprobados después de que Bruselas diera luz verde al Plan de Recuperación elaborado por el Ejecutivo español. Una excelente noticia que hubo quienes trataron de sabotear. Casado maniobró en no pocas ocasiones en Europa para impedirlo.

Célebres son ya las ilustres fotografías que Casado posteó en su cuenta oficial de Twitter el 29 de septiembre de 2020, cuando se reunió con los 27 embajadores de la Unión Europea en una cita nada habitual y en casa del emisario alemán: “Con los 27 embajadores de la UE he recordado mi propuesta ignorada por Sánchez de pactar el Plan de reformas y una agencia independiente para los fondos”, rezaba su tuit.

En otras palabras, mientras España negociaba y se pactaban las condiciones de los fondos europeos y con el país en el punto de mira por los datos de contagios (por aquel entonces eran los más altos de la UE), el líder del PP optó por maniobrar contra Sánchez, poniendo en serio riesgo el paquete de ayudas. Casado agitó el fantasma de la desconfianza, cuestionando la gestión que harían los socialistas de los 140.000 millones que le corresponderían en los próximos tres años.

Era una cuestión nacional y era vital que existiera cierto consenso y unidad nacional para defender los intereses del país, pero el líder de la oposición escogió la opción de desgastar al Ejecutivo y torpedear los fondos. Finalmente no lo  consiguió, pero no porque no se esforzara en ello.

Casado deslizó entre sus colegas europeos que España haría un uso fraudulento de las ayudas recibidas, aliándose con los denominados halcones de Europa, los cuatro grandes guardianes de la disciplina fiscal: Países Bajos, Suecia, Dinamarca y Austria. Junto a ellos, exigieron fuertes controles y condiciones al Fondo de Recuperación de los países del sur y, en consecuencia, maniobrando contra los intereses nacionales.