La ciclogénesis explosiva que ha desatado el caso Villarejo en una de sus piezas separadas. Tanto es así, que ya se ha cobrado una víctima política. Se trata del ex ministro del Interior Jorge Fernández Díaz, que empieza a verle las orejas al lobo porque su inviolabilidad llega a su fin.

Pablo Casado ha dejado fuera de concurso al ex ministro de Mariano Rajoy. La puerta de la salvación se le ha cerrado en la cara. El actual líder popular quiere purgar cualquier atisbo de corrupción de su partido y romper con la constancia en la que se sumió el antiguo, enarbolando, así, la bandera de la regeneración y la limpieza.

El Parlamento Europeo era la única vía de escape que le quedaba a un Jorge Fernández Díaz cada vez más acorralado por las investigaciones del caso Villarejo, pero Pablo Casado se lo ha negado sin un mínimo titubeo. Desde su entorno, según informa Voz Pópuli, sostienen que el partido ha actuado con “ensañamiento”.

Trabajando por el aforamiento

El ex titular de la cartera de Interior ha intentado, con todas sus fuerzas, colarse en la candidatura de los conservadores a las elecciones europeas. Pero Pablo Casado, en su afán por romper con el marianismo y con la imagen de partido corrupto, le ha dado la espalda y le ha arrojado a los pies de la Justicia.

Así las cosas, al no estar incluido en ninguna lista, el exministro evalúa y aguarda con intranquilidad el desarrollo de los acontecimientos relativos a la operación Kitchen. Este caso durante su estancia en Interior, incluidas las investigaciones parapoliciales sobre Pablo Iglesias, podría mandarle a prisión, de salir culpable.

Ha perdido la inmunidad que le otorgaba la posición de diputado o europarlamentario a la que anhelaba. Pero en el PP quieren erradicar de raíz las herencias recibidas que ya se acumulan y Fernández Díaz era un recuerdo envenenado para la concepción de Casado del partido. El exministro se despide de su flotador mientras el barco que montó en Interior se derrumba a marchas forzadas.