La ausencia de la Reina Sofía en la misa en la Almudena dedicada a las víctimas del coronavirus, el pasado lunes, se hizo notar, ya que a lo largo de su reinado no ha faltado a este tipo de actos. Desde que se inició la crisis sanitaria por la pandemia, la monarca apenas se ha dejado ver. Su última aparición pública fue a principios de junio, cuando asistió a una reunión de su fundación,  tres meses después de su visita al Cristo de Medinaceli, el 6 de marzo.

La Casa Real no da pistas sobre cuál será su futuro instittucional, en medio de la tormenta provocada por las revelaciones sobre la cuenta en Suiza de Juan Carlos I. Desde hace meses, toda la atención mediática está sobre el Rey emérito y la investigación de la Fiscalía.

Doña Sofía ha seguido siendo miembro activo de la Familia Real, tras la abdicación del Rey, pero muchas cosas han cambiado en los últimos cuatro meses y no es descabellado pensar que la Casa Real esté valorando que la Reina emérita quede relegada a un papel como el que desempeñan las infantas Cristina y Elena. Por el momento, la única información que ha trascendido es que Zarzuela busca, conjuntamente con el Gobierno de Pedro Sánchez, una solución para alejar a Juan Carlos I.

La Reina Sofía sigue gozando de popularidad

La Reina Sofía sufriría así un daño colateral por su relación con don Juan Carlos, aunque ella no tenga ninguna vinculación con sus opacos negocios. Podría verse en la misma situación que vivió su hija Cristina, apartada por Felipe VI de la Casa Real, por el caso Nóos que se llevó por delante a su marido Iñaki Urdangarin.

La posible decisión de apartar a la Reina Sofía no será fácil, dado su histórico papel en Zarzuela, su popularidad y el cariño que le profesan mucho españoles. Según una encuesta de Vanitatis, con motivo del quinto aniversario de la proclamación del rey Felipe, la Reina Sofía sigue siendo, con mucha diferencia, la más querida de la familia.