Desde su despacho en Bruselas como eurodiputado de Vox, el ultraderechista Hermann Tertsch ha enviado un correo electrónico a los 705 miembros del Parlamento Europeo y a sus asesores. Aunque en la mayoría de casos ese e-mail haya terminado directamente en la carpeta de 'correo basura', lo cierto es que el ultranacionalista se ha dedicado a ensuciar la imagen de España en las instituciones europeas con un texto plagado de falsedades e inexactitudes sobre el anteproyecto de ley del Gobierno de Memoria Democrática, que no se ha molestado en adjuntar.

El tertuliano ultraconservador pretendía denunciar los "alarmantes acontecimientos en España" que, según él, asemejan sucesos como "la profanación de la tumba -de Franco-" con los "socialistas, comunistas y anarquistas que en España asesinaron a más de 12.000" obispos y eclesiásticos durante la Guerra Civil. Por ello, solicita que el "Parlamento Europeo debería pedir al Gobierno de izquierda radical en España que deje de intentar imponer los mitos y mentiras del comunismo como verdad oficial y ponga fin a su intento de reprimir la verdad y de iniciar el enjuiciamiento judicial de los hechos históricos".

Carta de Tertsch al Europarlamento

Precisamente, Tertsch intenta reescribir los acontecimientos históricos acusando al Gobierno de ofrecer "una versión ideológica reconstruida del pasado y de la Historia de España. Es la versión del Frente Popular, el Gobierno liderado por los comunistas que perdió una guerra civil tras secuestrar y destruir la democracia". Sin embargo, eso ya supone un desvirtualización de lo acontecido en 1936, cuando el Frente Popular ganó unas elecciones democráticas con 263 escaños frente a los 156 del Frente Nacional. Además, cabe apuntar que el Partido Comunista apenas obtuvo 17 escaños y no entro en la coalición de Gobierno hasta después del golpe de estado con el que Franco inició la Guerra Civil.  

El tertuliano también se atreve a afirmar ante los socios europeos que "todo ciudadano que no apoye, siga y obedezca la versión tendenciosa y falsa de la 'verdad gubernamental', la del Frente Popular sobre el pasado, la república, la Guerra Civil y el franquismo será severamente sancionado". Pero, lógicamente, la ley no obliga a "apoyar, seguir y obedecer", aunque sí persigue "la apología del franquismo y la incitación directa o indirecta al odio o violencia contra las víctimas del golpe de Estado, de la guerra civil española o del franquismo". Elemento que equipara a nuestro país con la legislación de muchos de nuestros vecinos europeos. 

En resumen, el ultraconservador vierte en esa carta su frustración con el Gobierno español sin ninguna inquietud por alejarse de la verdad contrastada, convirtiéndose en todo un ejemplo de 'patriotismo' para los sectores políticos más a la derecha de nuestro panorama político.