Los recortes, la falta de medios y personal o la precariedad; así como las derivadas deficiencias de atención al personal, han pasado a formar parte de las denuncias sistemáticas, las huelgas y las dimisiones que protagonizan los colectivos de la sanidad pública gallega. A pesar de este deterioro constante, el titular de sanidad en la comunidad, Jesús Vázquez, aseguró en una comparecencia parlamentaria que Galicia tiene el quinto mejor sistema sanitario de acuerdo con un informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Pero el consejero del gobierno de Feijóo ha obviado que, según este criterio, el primer país que encabeza este ranking es Camerún. El portavoz de sanidad de los socialistas en la cámara gallega, Julio Torardo, ha explicado a El Plural.com que esta memoria “se centra exclusivamente en la eficiencia del sistema, dejando de lado la calidad de los servicios y su carácter público o privado”.

Por este motivo, ha aseverado Torrado, el sistema gallego se encuentra “inmediatamente por debajo de Vietnam, ya que ocupa el cuarto lugar”.  Estamos hablando de un informe, añadió el socialista, que “precisamente se titula hacer más con menos”. Al mismo tiempo que criticó al gobierno de Núñez Feijóo por utilizar como referencia “informes realizados por bancos y con pautas meramente economicistas” tanto en el caso del BID como en el informe Bloomberg, al que la Xunta se refiere reiteradamente.

Este último, ha aseverado el portavoz de sanidad del PSdeG, realizado por la financiera sitúa en los dos primeros puestos de eficiencia sanitaria a Hong Kong y a Singapur, en donde dos de cada tres centros sanitarios son privados y el 90% de la atención sanitaria es privada. Asimismo, ha ampliado Torrado, este dictamen “alaba el caso de Tailandia como el que tiene las mayores mejoras después de haber reducido un 40% el gasto por persona, y en el que descalabra a Chile 23 puestos tras aumentar su PIB en 28 puntos básicos”.

Para terminar el responsable socialista ha alertado del recurso reiterado a la eficiencia por parte del gobierno gallego, un término “perverso, ya que mide la eficiencia entre gasto y rendimiento del gasto, al tiempo que se limita a un uso utilitarista del sistema en vez de implementar un modelo basado en la equidad”.