El escenario parlamentario de este viernes presenta la investidura de Pedro Sánchez como una quimera y todo parece programado para que se reedite el no mayoritario del miércoles. Hasta la abstención del PNV parece complicada y eso está lejos en cualquier caso de ser suficiente. Las crónicas parlamentarias insisten en que ya desde el inicio del debate el pasado martes todos los líderes actuaron en clave de campaña para abonar el terreno ante unas inevitables elecciones, y es que Podemos, cuyo apoyo o abstención es indispensable, habla de retomar el diálogo con el PSOE pero a partir de la votación de mañana, lo mismo que el PP, pero estos para intentarlo con Mariano Rajoy después de haber renunciado inicialmente.

Sánchez tiene dos precedentes a los que aferrarse, dos presidentes que fueron elegidos en la segunda votación. Pero eso sí, en unas circunstancias muy diferentes.

Calvo Sotelo y el 23-F

El primer presidente elegido en segunda votación fue Leopoldo Calvo Sotelo, designado por Adolfo Suárez y la convulsa UCD como sucesor cuando dimitió de la presidencia de Gobierno en 1981. La sesión de investidura se celebró un 20 de febrero y en la primera votación se le negó la presidencia. Cosechó 169 votos a favor (UCD, 165; Coalición Democrática, 3; y 1 UPN) frente a 158 en contra, 17 abstenciones y 6 ausencias.

La segunda votación estaba fijada aquel 23 de febrero señalado por Tejero y los suyos para dar un golpe de Estado aprovechando esos momentos de inestabilidad política. Dos días después un 25 de febrero se retomó la investidura todavía con la conmoción del golpe y entre apelaciones a la unidad democrática y a fortalecer el joven sistema. Entonces Calvo Sotelo se impuso por 186 votos a favor (UCD, Coalición Democrática, CiU y los diputados del grupo mixto Manuel Clavero Arévalo, Jesús Aizpún e Hipólito Gómez de las Roces), 158 votos en contra (PSOE, PCE, PNV, PSA y 7 de los restantes diputados del mixto), ninguna abstención y 6 ausencias.

La mayoría simple de Zapatero en 2008

El segundo caso fue el de José Luis Rodríguez Zapatero, quien marcó el precedente de ser el primer presidente salido de las urnas que era investido en segunda votación. Lo consiguió un 11 de abril de 2008, dos días después de haber sido rechazado en la primera votación al no tener mayoría absoluta: obtuvo el voto negativo de 158 diputados (154 del PP, tres de ERC y uno de UPD) y 23 abstenciones (PNV, CiU, IU, ICV, BNG, CC y NaBai). Pero en segunda votación la mayoría simple de 169 diputados socialista resultó suficiente para que Zapatero iniciara su segunda legislatura. Unas cábalas que están muy lejos ahora de la cabeza de Sánchez y del resto del grupo socialista.