La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, es una maestra de atribuirse medallas. En los últimos días, a raíz de la aprobación del denominado Pasaporte Covid-19 por parte de la Unión Europea, la dirigente del PP se ha atribuido su invención.

El pasado jueves, Europa dio luz verde a una suerte de Pasaporte Covid-19, que no es sino un certificado digital que recoge si una persona ha recibido la vacuna y, así, fomentar el turismo a partir del 1 de julio.

Así las cosas, Ayuso se las dio de visionaria a través de un mensaje en su cuenta oficial de Twitter: “Hace casi un año propusimos una cartilla Covid que facilitara el movimiento de personas vacunadas. En aquel momento fue rechazada. Celebro que ahora vaya a convertirse en una realidad. Será el impulso definitivo que necesita el turismo”.

Este mensaje contiene dos bulos. El primero de ellos y el más claro: Ayuso no pudo proponer la implementación de un Pasaporte Covid que recoja las vacunas puesto que éstas aún no estaban desarrolladas por aquel entonces.

Si bien es cierto que la presidenta regional habló de una “cartilla Covid”, nada tenía que ver con la vacunación. De hecho, cuando lo planteó en julio de 2020 especificó que pretendía que tal certificado recogiera si la persona en cuestión había pasado la enfermedad, tenía anticuerpos y las pruebas que se ha realizado recientemente.

El segundo bulo tiene que ver con el objeto de la “cartilla Covid”. Ayuso no la puso encima de la mesa para fomentar el turismo ni mucho menos. Su anhelo era que este documento permitiera al usuario hacer vida normal: poder ir a restaurantes, gimnasios… En otras palabras, el objetivo era que estas personas evitaran las restricciones.