José María Aznar ha vuelto a meter un dedo en el ojo a sus compañeros de partido, en este caso a los del PP valenciano. En el primer volumen de sus memorias, el expresidente del Gobierno ensalza las bondades del sistema de financiación autonómico, el llamado “modelo Zaplana”, que él mismo implantó. Un modelo que entre 2002 y 2008 les supuso a los valencianos 7.300 millones menos, según cifras del propio presidente de la Generalitat, el 'popular' Alberto Fabra.

Ninguneado por el Gobierno de Rajoy, con una Generalitat en quiebra y paralizada por la crisis, docentes y sanitarios desmoralizados por los recortes, farmacéuticos y dependientes en pie de guerra por los impagos y un partido gobernante incapaz de encontrar soluciones, al presidente de la Generalitat Valenciana Alberto Fabra, todo se le vuelve en contra. El último disgusto se lo ha debido de proporcionar José María Aznar, quien en el primer volumen de sus memorias (“Memorias I”, Editorial Planeta), ensalza el modelo de financiación autonómica que él implantó y que, a pesar de la mejora que introdujo Zapatero, provoca un rechazo generalizado al considerarse que penaliza a los valencianos.

Un modelo “bueno y razonable”
En el avance del primer volumen de sus memorias dado a conocer este fin de semana, José María Aznar reivindica las bondades del sistema de financiación autonómico que él impulsó, hasta el punto de calificarlo de “bueno y razonable”. Una valoración que choca por completo con la de Alberto Fabra, para quien el sistema de financiación castiga a los valencianos.

El modelo que en 2002 implantó Aznar –conocido como “modelo Zaplana” por ser el expresidente valenciano y exministro quien lo impulsó- colocó a la Comunidad Valenciana en la última de la fila en financiación per cápita, una discriminación que fue paliada algo por la reforma que introdujo Zapatero en 2009 al actualizar la población e introducir el fondo de competitividad. Pese a que el cambio socialista redujo la diferencia con la media de las comunidades autónomas, no eliminó la marginación que aún padece la valenciana.

El soniquete de Camps
Desde que en 2004 Rodríguez Zapatero accediera a la Presidencia del Gobierno hasta que en 2011 tuvo que dimitir por la causa de los trajes, Francisco Camps estuvo quejándose de que el modelo de financiación perjudicaba a los valencianos. Camps se lamentaba de que el sistema no recogía ni contemplaba el aumento de población que experimentaba la Comunidad Valenciana y echaba la culpa por ello a Zapatero. Lo que nunca dijo Camps en su monocorde soniquete es que ese modelo que colocó a su tierra en la última posición de euros por habitante había sido ideado por su mentor Zaplana.

Una “deuda” de 7.300 millones
Fue el mismo Fabra quien el año pasado cuantificó en 7.300 millones de euros la “deuda histórica” que el modelo de Aznar les supuso a los valencianos, pese a que el gobierno del PP lo vendió como la gran panacea que iba a poner fin a la discriminación que suponía para la Comunidad Valenciana. Una cantidad millonaria que el PP-CV calculó en base a la financiación per cápita aplicada a los valencianos y la financiación media nacional entre 2002 y 2008, último año de aplicación del “modelo Zaplana”.

Las valoraciones de Aznar no solo chocan con las de su compañero de partido Alberto Fabra, sino que produce un rechazo generalizado en todos los ámbitos de la sociedad valenciana. Las organizaciones empresariales y sociales coinciden con el gobierno y la oposición al señalar al sistema de financiación autonómico como un modelo que ha esquilmado gran parte del potencial económico de la Comunidad Valenciana. Un modelo que hace unos días hacía estallar al conseller de Hacienda, Jorge Vela, al afirmar que la Generalitat no estaba dispuesta a “aguantar un año más” una financiación “inadmisible e intolerable” o que obligaba al presidente de la patronal valenciana, José Vicente González, a lanzar un “basta ya”, “no es tolerable que llevemos veinte años tan mal financiados”.

A la espera de 2014
Pese a la contundencia de las reacciones y del rechazo generalizado, Alberto Fabra tiene asumido que la reforma del sistema de financiación autonómica tendrá que esperar, por cuanto Rajoy ya ha comunicado por activa y por pasiva que, como muy pronto, no será hasta 2014 cuando se aplique un nuevo modelo de financiación.