Intentó una débil rectificación. Tan escasa, que muchos no olvidarán nunca que Isabel Díaz Ayuso llamó “mantenidos” a los que forman las colas del hambre. A los que acuden a buscar comida gratis porque no tienen nada que llevar ni a su boca, ni a la de sus hijos.

El debate de este miércoles entre los candidatos a presidir el Gobierno de Madrid era una oportunidad para dar marcha atrás en ese desprecio. La candidata revelación Mónica García, de Más Madrid, le había pedido a la Presidenta que retirara su lamentable descripción de los que piden alimentos para sobrevivir. Y Ayuso reinterpretando sus propias palabras -seguramente con la ayuda de quienes le habrían advertido del riesgo de insistir en ello-   explicó que van a las colas del hambre porque “les han cerrado sus negocios”. Esta vez, los culpables habían sido otros.

Pero, Ángel Gabilondo no dejó pasar la oportunidad de  sonrojarse por las humillantes palabras pronunciadas por la Presidenta cuando la desigualdad es uno de los dramas cotidianos que se vive en Madrid. “Me he sentido muy ofendido porque es una vergüenza decirles que son unos mantenidos”, recalcó el candidato del PSOE. 

Como Díaz Ayuso lo que pretende es gobernar con las manos libres, vivir a la madrileña y rebajar impuestos, es decir “el modelo liberal”, se abstuvo de recordar que ésa es una de las frases preferidas de Esperanza Aguirre, pero recalcó que en Madrid el modelo viene de lejos gracias a gobiernos del PP. Ninguna alabanza hacia Ciudadanos ni hacia Vox. Tiempo habrá si necesitara esos apoyos.

La coordinación discreta entre las tres fuerzas progresistas se fue haciendo evidente a medida que avanzaba el debate. Después de que Pablo Iglesias defendiera que la Sanidad Pública debería estar mejor financiada y la recuperación del Impuesto de Patrimonio, “temas es los que la izquierda podríamos llegar a acuerdos”, apeló directamente a Gabilondo llamándole por su nombre de pila: “Ángel, sabemos que nos vamos a llevar bien si gobernamos”. A lo que el aludido replicó afable que, “con más tiempo, podríamos llegar a acuerdos, pero ahora no es el momento”.

Y como Isabel Díaz Ayuso había insistido con ocasión y sin ella en que Gabilondo era el portavoz de Pedro Sánchez que no quiere a Madrid, y que seguía los caminos marcados por la Moncloa, el candidato/catedrático de Metafísica en tono solemne proclamó que él era Ángel Gabilondo y nadie más y que esa insistencia no tenía ningún sentido.

El duro ataque de la candidata/anestesista del Hospital 12 de Octubre, fue lanzado desde la trinchera de su contacto diario con la enfermedad y con la muerte. Como sus compañeros sanitarios, Mónica García también sufrió maltrato durante la pandemia y no dudó en confirmar que se había “traicionado a los mayores de las residencias”.

La réplica de la Presidenta fue inmediata. “En Madrid no hemos dejado morir a la gente”, y calificó de falsos los datos sobre la situación en Madrid que habían dado sus oponente.

La candidata de Vox, Rocío Monasterio, y el de Ciudadanos, Edmundo Bal estuvieron brillantes en sus intervenciones, pero como según la mayoría de las encuestas dan supuestamente ganadora el 4 de mayo a la Presidenta actual, se permitió ignorar a ambos. Sus esfuerzos fueron baldíos. No consiguieron girar el debate hacia su futuro político en Madrid.

Así que, el encontronazo de una contra tres, o tres contra una, como se prefiera, concentrará el interés en los últimos días que quedan de campaña.