Con motivo del arranque de la campaña electoral de la Comunidad de Madrid, el periódico digital 'Ok Diario' ha tenido la oportunidad de entrevistar a la candidata del PP y actual presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso

"Comunismo o libertad" es el lema que marca la senda de la apuesta popular en los comicios de la capital, cuyo nombre cambia la propia Ayuso al conocer la candidatura de Pablo Iglesias, actual vicepresidente segundo del Gobierno de Sánchez, por Unidas Podemos en la región.

"Es la política del comunista, la del bolivariano con chándal"

La presidenta reconocía en la entrevista que no se esperaba competir contra Iglesias, respondiendo a la defensiva que su rival "no tenía gran vocación de gestión", reafirmándose que lo que a él le gusta es "la revolución, el movimiento".

"La palabra ‘crimen’, o ‘criminal’, para alguien comunista, es un paraíso", se defiende Ayuso al hacer referencia a los calificativos que Iglesias le propina. De esta manera, se ha vuelto a respaldar en sus argumentos de que la política de izquierdas que su rival sostiene se basa en "la confrontación e intentar quemar las calles", conectando los sucesos de Cataluña.

La dirigente madrileña ha continuado arremetiendo, a su vez, contra el pacto de coalición que continúa manteniendo con el Ejecutivo central, a pesar del cambio radical en la estrategia con Madrid. "Es la política del comunista, la del bolivariano con chándal. Vivir de los demás en grandes mansiones, tener a su séquito de mujeres alrededor y hacer las cosas de manera ostentosa", ha argumentado.

"A Podemos no le importa que todo se destruya porque nada ha construido"

En la misma dirección, ha tildado el diálogo interno de Moncloa de "fracaso" ya que, según defiende, "Podemos es la política del que no le importa que todo se destruya porque nada ha construido", añadiendo además que serían aquellos a los que "les encantaría tener una paguita en lugar de salir por las mañanas a pelear, a ganarse su trabajo".

De la misma manera, ha culpado al Gobierno de Pedro Sánchez de difundir el mensaje de la "madrileñofobia" a la ciudadanía haciendo alusión al "turismo de borrachera y pandereta" que rechaza reconocer a pesar de que la capital acoge a cientos de franceses que vienen a hacer esa clase de consumo.