Las irregularidades del presunto máster de Cristina Cifuentes han alterado el tablero político español. Cuando trascendieron las informaciones, que día a día muestran un nuevo capítulo, la presidenta de la Comunidad de Madrid se situó en el ojo del huracán, pero el vendaval no solo ha sacudido los cimientos de la Real Casa de Correos y del Partido Popular. El terremoto Cifuentes también ha movilizado las placas tectónicas internas de cada partido político: el PP evidencia grietas en su defensa de Cifuentes y la patata está cada vez más caliente, Podemos revivió una guerra fratricida por viejas heridas no sanadas, Ciudadanos ha tenido que virar de posición con respecto a su respaldo a la presidenta autonómica y se ha publicado que el PSOE sondeó a Manuela Carmena para liderar su lista en las municipales de 2019.

Las grietas del PP

A medida que avanzan los días (incluso las horas), el malestar interno en el PP por el caso Cifuentes aumenta. Los populares son conscientes de que podrían perder la Comunidad de Madrid ya que Albert Rivera ha dejado claro que, o proponen un candidato alternativo o apoyarán la moción de censura liderada por Ángel Gabilondo. Mariano Rajoy se enfrenta a la dicotomia de dejar caer a Cifuentes o perder el gobierno regional.

El corolario de este brete es el enfrentamiento entre familias dentro del PP. Por un lado, aquellos que piden que Cifuentes de un paso atrás y, por otro, la facción que la defiende a capa y espada. María Dolores de Cospedal lidera este ala, pero cada vez parece quedarse más sola. La ministra de Defensa apoyó la carta a través de la cual Cifuentes renunció al máster: "Está muy bien fundamentada". Pero el ministro de Justicia, Rafael Catalá, afín a Cospedal, parece no satisfacerle el rumbo de los acontecimientos. En una entrevista, ha reconoció el caso del máster tiene “zonas de sombras” que están generando “daño al PP”, al tiempo que admitió que cuando los políticos no ejercen “con transparencia” puede haber “exigencias de responsabilidad”.

Fernando Martínez-Maíllo, quien gestiona el asunto a nivel interno, ya ha insinuado que el PP podría dejar caer a Cifuentes: "El PP es un partido de gobierno", subraya de manera reiterada. De hecho, hay quien habla de choque de fuerzas entre Maíllo y Cospedal. El crono avanza y el Dos de Mayo está a la vuelta de la esquina, ¿tomará Rajoy una decisión antes de la fecha? ¿Llegará Cifuentes a la moción de censura?

Las viejas heridas de Podemos

Las presuntas irregularidades del Máster de Cifuentes precipitaron el calendario de Podemos en la Comunidad de Madrid. Los morados creyeron oportuno acelerar los plazos para investir a Íñigo Errejón como candidato oficial de tal manera que pudiera aprovechar los vientos de cola hasta Madrid 2019. Pero nada salió como esperaba. El propio Errejón se mostró disgustado por la celeridad porque "teníamos unos plazos". Además, Ramón Espinar anunció que las primarias serían a principios de mayo sin consultarlo con el candidato. Fuentes internas señalan a El Plural que "tuvimos que llamar a Espinar para que al menos dejara la fecha en el aire". A partir de ahí, una serie de catastróficas desdichas provocadas por los fueros de Bescansa.

Carolina Bescansa difundió erróneamente a través de su canal de Telegram un documento que incluía una propuesta para Íñigo Errejón: la diputada sería su número dos para Madrid 2019 a cambio de que el exportavoz la apoyara en unas primarias generales para destronar a Pablo Iglesias. Rápidamente corrieron caudalosos ríos de tinta. Bescansa alegó que era “un borrador que yo no había revisado” y Errejón lo calificó de “delirante e indignante”.

Según el documento interno, la diputada morada sería la número dos para las elecciones a la Comunidad de Madrid en el año 2019 a cambio de que el secretario de Análisis Estratégico y Cambio Político se comprometiera a apoyarla de cara a unas futuras primarias nacionales para ser candidata a los próximos comicios generales.

Según ha podido confirmar El Plural,  sí que existieron negociaciones entre Errejón y Bescansa que, tal y como ha expuesto el propio exportavoz, cristalizaron en el ofrecimiento a la diputada morada de ser número dos por Madrid. No obstante, fuentes internas aseguran que “no conocíamos ese documento” y su contenido no era ni mucho menos el objeto de las negociaciones, ya que la propuesta del futuro candidato regional se limitaba a la inclusión en la lista como su mano derecha. Además, matizan que “no se trata de derrocar a Pablo”, sino de competir como ya se hizo en Vistalegre II, de manera virtuosa y sana.

Finalmente, Pablo Iglesias zanjó el asunto obligando a Ramón Espinar e Íñigo Errejón a firmar la paz con una candidatura unitaria. El futuro candidato liderará una lista que incluye a 15 de sus afines. Espinar será el número tres y ha colocado a 11. La número dos será Tania Sánchez. Lorena Ruiz-Huerta, portavoz en la Asamblea de Madrid, se planteó concurrir a las primarias pero cree que el formato no es más que un reparto de sillones por lo que ha rechazado tanto presentarse como entrar en la lista de Errejón.

Ciudadanos vira y el PSOE, de "broma"

En el momento en que trascendieron las informaciones relativas al presunto máster fraudulento de Cifuentes, todos los ojos se situaron sobre sus socios. Tras la comparecencia en pleno de la presidenta regional, Ciudadanos propuso la creación de una comisión de investigación que fue duramente criticada por la oposición ya que "no es incompatible con la moción de censura", dijo Ruiz-Huerta a este periódico. El caso fue acumulando sombras y borrones y Rivera se vio forzado a cambiar de estrategia y pedir al PP un candidato alternativo. De no hacerlo, apoyarían la moción de censura.

Entretanto, el diario El País publicó que el PSOE se había reunido meses atrás con Manuela Carmena para proponerle ser cabeza de lista socialista, pero la alcaldesa declinaró la oferta. Según ha explicado José Manuel Franco, líder del PSOE-M, se trató de una "reunión informal" y "en tono de broma".

La presidenta de la Asamblea de Madrid, Paloma Adrados (PP), aún no ha fechado la moción, por lo que el caso Cifuentes continuará dando que hablar.