Pedro Arrojo, profesor emérito de la Universidad de Zaragoza y activista en distintos movimientos sociales latinoamericanos, tiene una larga trayectoria vinculada a Podemos y se le sitúa en el más estrecho círculo de confianza de Pablo Echenique y del vicepresidente Pablo Iglesias, que le pidió a Arrojo en pasadas elecciones que se colocara en la candidatura de Zaragoza en su actual jefe de gabinete, el ex JEMAD José Julio Rodríguez.

Arrojo, vinculado al mundo del agua desde 2001, año en el que lideró la oposición al Plan Hidrológico Nacional que finalmente no llegó a aprobarse, se ha impuesto a la reputada y gran favorita, la candidata francesa, Anne Le Strat, que no en vano presidió durante más de diez años “Eau de París” y trabajó de la mano de la alcaldesa socialista de la capital francesa, Anne Hidalgo.

El apoyo de Hidalgo y del socialista francés a Anne Le Strat no ha sido suficiente para superar la influencia de Iglesias en los círculos de poder, que ha aprovechado sus buenas relaciones con el populista mexicano López Obrador, con el Movimiento de Salvación Patriótica del Chad, y con el Gobierno chino, los países encargados junto con Eslovenia y España de elegir al candidato, para colocar a Arrojo como relator.

El embajador español, que actúa bajo la dirección y los criterios de la ministra de Asuntos Exteriores, González Laya, se abstuvo de participar en el debate y votación alegando conflicto de intereses.

El puesto que ahora ocupará Arrojo por un periodo de tres años tiene como objetivo la elaboración de informes de carácter no vinculante, de recomendaciones de actuación y la realización de al menos dos misiones al año para informar sobre el desarrollo del derecho humano al agua.

El actual relator, Léo Heller, profesor emérito de la Universidad brasileña de Minas Gerais, y que en noviembre concluirá su mandato, visitó países como India Lessoto, Tayikistán o Botswana; y la anterior relatora, Caterina de Albuquerque, Namibia o Senegal, entre otros.

Junto a Arrojo, Naciones Unidas elegirá también a otros funcionarios como el Experto Independiente sobre la situación de los Derechos Humanos en Sudán, el Relator Especial sobre la situación de los Derechos Humanos en Eritrea o el grupo de trabajo sobre desapariciones involuntarias en países africanos.

Arrojo se suma así a la extensa lista de expolíticos que después de dejar sus responsabilidades en España pasan a ostentar cargos en Nacionales Unidas, como fueron Bibiana Aído, que en 2017 fue designada como representante en ONU Mujeres; la exministra Leire Pajín, que ocupó un puesto en la Organización Mundial de la Salud (OMS) o el exministro de Industria Joan Clos, que se integró en ONU Hábitat.

De esta forma, Arrojo es el último en sumarse a la lista de más de 600 españoles que trabajan en Naciones Unidas, de los que al menos 425 desempeñan un alto cargo dentro del paraguas de la Secretaría General que dirige el portugués António Guterres.

Iglesias consigue por fin premiar a uno de sus fieles que se había quedado fuera del grupo parlamentario tras los malos resultados electorales de 2019.